Jugadores con vendas en los ojos, silencio inusual en las gradas, un balón disputado por 10 futbolistas, el sonido del esférico y los guías se convierten en el alma del partido, todo ello reconcilia el fútbol, la discapacidad visual, y la pasión por el deporte, mundos que hasta hace poco se pensaban aparte.
Del 24 al 30 de abril, el equipo de fútbol para personas con debilidad visual, los Topos Puebla FC, se disputa junto con los equipos representantes de Chile, Ecuador, Argentina, Colombia y Perú la Primer Copa Libertadores de Fútbol 5 Para Ciegos, cuya sede es el país andino que alberga las ruinas de Machu Picchu.
Se trata del primer torneo de equipos latinoamericanos que reúne a los mejores equipos de cada país para contender en el formato de fútbol de salón, aunque con adaptaciones en el número de integrantes por equipo (4 jugadores con discapacidad visual y un arquero sin ninguna discapacidad), quienes en dos tiempos de 25 minutos deberán guiarse por el sonido del balón, diseñado con cascabeles en su interior, para anotar la mayor cantidad de goles en la portería del contrincante.
En cada partido hay tres guías: el portero que es quien dirige a los defensas, el director técnico que guía a los mediocampistas y un último guía que se ubica detrás de la portería contraria y dirige a los delanteros.
Debido a la importancia del sonido para el desarrollo del partido, las canchas deben estar ubicadas al aire libre, y a los espectadores se les pide guarden silencio para no generar ninguna interferencia entre las indicaciones de los guías y el sonido del balón, elementos clave que determinan la dulzura de la victoria o un trago amargo del fracaso.
[[{"type":"media","view_mode":"media_original","fid":"14442","attributes":{"alt":"","class":"media-image","height":"334","style":"display: block; margin-left: auto; margin-right: auto;","width":"500"}}]]
El campeón nacional y equipo representativo de México, Topos Puebla FC, surgió de la voluntad e ímpetu de Jorge Lanzagorta, quien tras conocer en Chile este deporte decidió traerlo al país, y junto con Raúl Ortiz, impulsaron este deporte que de unas “cascaritas” pasó a ser un equipo que poco a poco se fue consolidando como referente nacional.
Este deporte, existente desde 1980 en Brasil, ha ido adquiriendo fuerza y adeptos, pues basta jugarlo una vez, para que las personas con discapacidad visual olviden los impedimentos que únicamente existían en su imaginación. Y al igual que en el fútbol para personas que pueden ver, el fútbol de sala para ciegos cuenta con sus efigies y equipos predilectos, que dicho sea de paso, son Brasil y Argentina, países que han ganado copas mundiales en ambas variantes del balón-pie. Además, el deporte fue incluido en 2004 como una disciplina de los juegos Paralímpicos y se realizan varias copas y torneos dentro de los mismos países.
No hay pasión equiparable a aquella generada a través del juego del balón-pie, mejor conocida como fútbol, football o soccer. Ya lo han cristalizado las letras de Eduardo Galeano y Juan Villoro, al referirse a este deporte como el más grande de todos los tiempos, pues no discrimina, más bien, incluye.
[[{"type":"media","view_mode":"media_original","fid":"14441","attributes":{"alt":"","class":"media-image","height":"394","style":"display: block; margin-left: auto; margin-right: auto;","width":"700"}}]]
Ver: Cine para Imaginar presente en el Festival de Cine de Guadalajara