Verle un sentido sexual a las cosas siempre se nos ha dado muy bien. Pero a veces no hace falta explotar la imaginación para encontrarle un matiz erótico, en este caso a los edificios. Por todos es conocida la famosa Torre Agbar de Barcelona, una rascacielos iluminado de la capital catalana que bien podría tratarse de un pene, de un preservativo o de un supositorio, elijan ustedes. Pero no sólo en España, hay más ejemplos alrededor del mundo, incluso aunque no en forma fálica, si sexual.

Y justo este es un recuento para hablar de esas construcciones, aquellas que no sabemos si fueron pensadas así, pero así resultaron. Algunas pueden considerarse verdaderas obras de arte por lo difícil que debió ser edificarlas, pero eso no ha impedido que sean vistas como de doble sentido, así lo informa el portal

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