Desde el 2014, el gobierno mexicano implementó el programa Vivienda Joven que tiene el propósito de ayudar a obtener créditos para poder adquirir una vivienda a individuos con edades entre los 18 y 29 años que tengan ingresos menores a 10 mil 500 pesos mensuales.

Sin embargo, desde hace algunos años existe un nuevo fenómeno que ha disminuido el número de los matrimonios en México, se trata de la unión libre. Según los últimos datos de la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID), en 2014, 42.3% de la población en nuestro país estaba casada y un 16.4% en unión libre, lo que contrasta con el 10.2% de esta última forma de convivencia en pareja, que existía en el 2000.

Jaume Molet, Director General de México, afirma: “El incremento de la unión libre en México es muy sintomático del estilo de vida de la “Generación Y” (jóvenes entre 20 y 35 años), que está cambiando muchos de los paradigmas de la sociedad, porque estos jóvenes tienen un espíritu más flexible en relación a diversas convenciones sociales y, de igual manera, por su familiaridad con las nuevas tecnologías y el internet”.

La vivienda ideal de las nuevas parejas que están casadas o se encuentran en unión libre, es la llamada ‘casa inteligente’, es decir, la que se encuentra informatizada e incluye tecnología sustentable. Cabe decir que la gran mayoría de estos jóvenes encuentran por internet el inmueble que desea y, también, que cada vez más parejas eligen rentar, pues se adapta mejor a este nuevo estilo de convivencia entre las parejas.

Pero, de hecho, lo que tienen en común las personas casadas con las que optan por la cohabitación es que, en ambos casos, se desea un hogar para vivir. El portal inmobiliario Lamudi te da una serie de recomendaciones para vivir en pareja:

1. Saber con qué recursos económicos se cuenta

Lo más prudente es analizar los recursos económicos que se compartirá con la pareja. Esto incluye considerar las deudas que se tengan, el monto y las fuentes de ingreso y, claro está, en el caso de que se celebre una boda, definir con anticipación cuánto se gastará en ella y cuánto se ahorrará para poder tener una vivienda. De esta manera, se podrá hallar una cifra ideal que permita rentar o comprar un inmueble; si se piensa acceder a un crédito hipotecario, será posible contar con un límite de endeudamiento. Se suele recomendar que se destine entre 30 y 40% del presupuesto conyugal al pago de deudas.

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2. Elegir un inmueble y una localización apropiados

Para muchos, comenzar a convivir con otra persona representa la realización de muchos sueños. No obstante, siempre es necesario tener prudencia y mantener firmemente los pies sobre la tierra en relación a la elección de la nueva casa, esto significa que nunca se debe sobrepasar el presupuesto determinado para su adquisición o renta. Con respecto a su localización, en todo momento se debe intentar tener en mente qué tipo de ventajas ofrece una propiedad acerca de los medios de transporte disponibles, los establecimientos comerciales con que se podrá contar, la facilidad de llegar al local de trabajo, la seguridad de la ubicación, etc.

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3. Recurrir a créditos hipotecarios

Es una buena idea acceder un crédito hipotecario si no se tiene la posibilidad de tener una casa propia o de rentar. En el caso de que esto sea deseable, se tendrá que solicitar la ayuda de un experto para ver qué beneficios se podrá tener como pareja. Igualmente, se aconseja que en cada consulta y en cada trámite que se realice, ambos estén presentes.

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4. Cuidar el presupuesto de la boda

Una excelente manera de economizar para contar con más dinero a la hora de buscar un lugar para vivir es no gastar demasiado en la boda. Se trata de la reciente idea del matrimonio low-cost, que predica el ahorro sin tener que prescindir de la elegancia y la jovialidad de la ocasión. Por ejemplo, si se tiene un familiar o amigo con un jardín amplio y agradable, se le puede pedir para realizar la ceremonia allí, caso contrario, optar por una casa de turismo rural suele resultar económico. También, con respecto a la decoración, es inteligente preferir flores de la estación del año en que se celebrará la ceremonia, pues éstas son abundantes y, por lo tanto, más baratas que las de otra estación del año.

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