Los humanos siempre han buscado la manera de verse bien, por eso a lo largo de los años se han creado diversos métodos y técnicas para mejorar la apariencia estética y satisfacer las demandas de la sociedad, que cambian constantemente.
En De10.mx hablamos con el Dr. Uriel Hedding, quien lleva más de 10 años trabajando en la medicina estética, una de las especialidades que ofrece mejorar la apariencia a través de tratamientos mínimamente invasivos, los cuales llegan a otorgar muchos beneficios a los pacientes.
De acuerdo al Dr. Uriel Hedding, también presidente de Hedding Medical, un tratamiento médico-estético es un procedimiento donde se busca mejorar la apariencia y vida del paciente. Son ideales si alguien sufre de padecimientos previos como acné, rosácea o manchas, así como cualquier cuestión que dañe la estética.
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Estos tratamientos se realizan en cualquier parte del cuerpo y tiene como beneficio que no son permanentes, no requieren anestesia y son de bajo riesgo. Si el paciente no está contento con el resultado, el trabajo es reversible.
Por ser procedimientos mínimamente invasivos, los riesgos no van “más allá de un moretón o inflamación. Todos los pacientes son susceptibles a un moretón, porque el cuerpo está lleno de vasos sanguíneos”.
Tanto un tratamiento médico-estético, como una cirugía plástica tienen la finalidad de mejorar la apariencia estética, pero la diferencia está en su manera de trabajar.
El cirujano se apoya de métodos quirúrgicos, como anestesia general u hospitalización, mientras que el médico estético se basa en prácticas médicas ambulatorias para mejorar la apariencia.
Según el experto, el procedimiento médico-estético que más buscan los mexicanos es la rinomodelación, que consiste en mejorar la nariz con relleno de ácido hialurónico, y la corrección de ojeras, para quitar la apariencia cansada. Por su parte, las mexicanas optan por el botox, la disminución de arrugas, el aumento de labios y la corrección de la nariz.
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El botox es el tratamiento que más buscan las personas en todo el mundo, seguido de los rellenos de ácido hialurónico. Mientras que el primero se coloca de 2 a 3 veces al año, el segundo se pone cada 10 a 12 meses.
En cuanto al uso, el botox se utiliza para “arrugas que son producidas por movimientos musculares, como el entrecejo, las patas de gallo y la frente. Por su parte el ácido hialurónico sirve para “corregir arrugas provocadas por flacidez, pérdida de volumen y la fuerza de gravedad”
Para ambos, las organizaciones internacionales recomiendan que a partir de los 25 años se comience a hacer procedimientos no invasivos, aunque siempre va a variar dependiendo del proceso de envejecimiento de cada paciente.
El costo también varía, la toxina botulínica va desde 2 mil 500 hasta los 25 mil pesos, y el ácido de los 3 mil a los 6 mil pesos. Aunque en el caso de este último existe un producto llamado Profhilo, una nueva tecnología reciente en México que ya lleva años en Europa y tiene un costo global de mil dólares.
De acuerdo con Hedding, este ácido hialurónico no “pretende hacer un relleno, sino una recuperación de la piel y restauración del hidrobalance”. A través de un lifting ligero se reestructura la piel, de varias partes del cuerpo, como la cara, cuello, rodillas, escote, codos, manos y entrepierna.
Sea cual sea el tratamiento que se elija, el especialista enfatiza que siempre es importante acudir con un profesional y verificar que esté capacitado para evitar complicaciones durante y después de cualquier tratamiento.
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