Diversos países en el mundo han cambiado sus leyes en torno a la comunidad LGBT+, para que puedan tener los mismos derechos como el matrimonio igualitario o la adopción homoparental.
Sin embargo, aunque las cosas han cambiado en materia de ley, la opinión pública sobre la aceptación de la homosexualidad sigue estando dividida, lo cual resulta un problema tanto social como económico.
De acuerdo al Centro de Investigaciones Pew, con sede en Washington D.C., las actitudes negativas contra la comunidad están fuertemente ligadas a la riqueza de un país. Aquellas naciones con economías más ricas y desarrolladas aceptan en mayor medida la homosexualidad, a comparación de los territorios pobres y subdesarrollados.
En 2019, según la Unión de Empresarios Turísticos LGBT, un turista internacional de la comunidad dejaba una ganancia de mil 700 dólares en destinos mexicanos, contra los 780 dólares que gastaba un viajero heterosexual.
El Centro de Investigaciones Pew encuestó a 38 mil 426 ciudadanos de 34 países y encontró que en Suecia, Holanda y Alemania, donde la acepción a la homosexualidad es alta, su producto interno bruto per cápita era de más de 50 mil dólares; contra el PIB menor a 10 mil dólares de Nigeria y Kenia, donde solo uno de cada diez dijo aceptar las diferentes orientaciones sexuales.
En total, la aceptación de la homosexualidad es más alta en Europa Occidental y América del Norte, y en Europa Central y Oriental hay una división en el tema.
La educación también influye, pues en los países con altos índices de educación, hay mayor aceptación a la diversidad. Aunque también se cuenta de persona a persona, por ejemplo, en Grecia aquellos que estudiaron más allá de la preparatoria dijeron aceptar a la comunidad, contra sus compatriotas con educación secundaria o menos que optaron por rechazarla.
Otro tema que influye en la aceptación son los salarios (mayor salario, más aceptación), la ideología política (los de izquierda aceptan mejor a la comunidad) y la religión.
De igual manera, un estudio recogió datos legales y económicos de 132 países y encontró que el limitar a las personas de la comunidad LGBT+ crea daños económicos.
“Nuestro estudio encuentra que un punto adicional en la escala del Índice global sobre el reconocimiento legal de la orientación homosexual (GILRHO) de 8 puntos de derechos legales para personas LGBT+ está asociado con un aumento en el PIB real per cápita de aproximadamente 2 mil dólares”.
El texto concluye que la violencia física, psicológica y estructural, así como la discriminación en el lugar de trabajo y los bajos salarios de las personas LGBT+, conllevan costos que impactan la economía en general.
“Estos costos económicos incluyen tiempo de trabajo perdido, pérdida de productividad, inversión insuficiente en capital humano y la asignación ineficiente de recursos humanos a través de la discriminación en la educación y las prácticas de contratación. La disminución de la inversión en capital humano y el uso subóptimo de los recursos humanos, tienen el potencial de reducir la producción económica general y el crecimiento de manera directa”.
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