Vivir bien

Okinoshima, la isla Patrimonio de la Humanidad prohibida para mujeres

Es un vestigio de ritos religiosos de la antigüedad, donde las damas son consideradas impuras y tiene prohibida la entrada

11/08/2017 |17:42estephanie.gutierrez |

La isla Okinoshima fue declarada en julio de este año Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, con ello se inscribe en la lista de sitios más preciados del planeta, pero hay un dato curioso, está prohibida la entrada a las mujeres.

De acuerdo con, la isla destaca por su belleza y debido a que es un lugar sagrado, pero las mujeres no pueden pasar. En realidad los únicos que pueden entrar son los hombres, y muy pocos, pues deben cumplir con un requisito, el de purificarse desnudos en el agua de mar.

Al año, 200 hombres llegan a la isla, pero el resto del tiempo solo uno de ellos vive ahí, un sacerdote shintoista.

Newsletter
Recibe en tu correo las noticias más destacadas para viajar, trabajar y vivir en EU

La razón por la que no se recibe a las mujeres

Aunque no se sabe bien la explicación, se cree que es porque son seres impuros debido a su ciclo menstrual, pero también a que los viajes a la antigua Okinoshima eran peligrosos y los hombres debían proteger a sus mujeres, arriesgando la vida.

La isla está ubicada al sur de Japón y pertenece al Santuario Munakata Taisha, se dice que es sagrado debido a que los antiguos dioses Shinto colocaron ahí tres emperatrices para que salvaguardaran la nación, pero los habitantes no desean que el sitio se convierta en un lugar turístico, pues la gente no debe acercarse sin la debida reflexión.

Además, el ministro de Relaciones Exteriores, el japonés Fumio Kishida, afirma que la isla es única y preciosa, ha sido un lugar de intercambio con el extranjero y hay muchas pruebas que lo demuestran.

De Okinoshima se han desenterrado más de 80 mil objetos, entre los que se han encontrado joyas y ornamentos, que han sido declarados tesoro nacional por el gobierno japonés.

La isla fue declarada Patrimonio de la Humanidad porque es un ejemplo excepcional de la práctica ancestral de venerar islas sagradas. Sus vestigios se han conservado intactos y ofrecen una visión completa de la evolución de los ritos religiosos practicados del siglo IV al IX. El intercambio de objetos podría indicar la relación entre el archipiélago japonés, la península coreana y el continente asiático.