Cuidar del medio ambiente es tan importante como mantener una vida saludable, para ellos, el dinero no es lo que más valor tiene, sino la persecución de sus sueños e ideales para “cambiar el mundo”. Hasta aquí pudiera tratarse de personas idílicas, pero son mejor conocidas como “muppies”, término creado por la escritora estadounidense Michelle Miller en su libro The Underwriting que combina las palabras y acepciones de millenialy yuppie.

Los muppies, de acuerdo con su descubridora, son personas de entre 20 y 35 años, que cuentan con buena formación académica, dominan más de un idioma, han estudiado en el extranjero y se han ocupado de hinchar su currículum con cursos específicos y algún que otro máster.

Se trata de una nueva generación híper-digitalizada, multi-tareas, y obsesionada por un estilo de vida saludable, entiéndase healthy. Los productos orgánicos, llevar una dieta balanceada, y la producción de serotonina a través de la actividad física, son prioridades del día a día para los muppies.

Para este grupo, el éxito laboral se mide en la búsqueda de sus sueños e intereses, y no así en la buena remuneración; es por ello que se caracterizan por ser personas socialmente activas y solidarias con las casusas que encarnan el bien común.

Las redes sociales forman parte de su día a día, los blogs, Twitter, Facebook e Instagram son las principales plataformas sociales que utilizan y a las que le dedican buena parte de su jornada diaria. También, son responsables con la naturaleza, por ello están comprometidos con el cuidado y preservación el medio ambiente, entre sus hábitos se encuentra el reciclaje, la compra de productos orgánicos y el consumo local.

Pero ¿dónde están los muppies? ¿Acaso son un mito? Nosotros salimos a buscarlos y tal como lo estableció sus inventora, los encontramos en tiendas de productos orgánicos, parques para correr, centros de yoga, universidades, ONG’s y por supuesto en Instagram.

A continuación les presentamos a Martha:

Hasta hace unos días Martha supo que era una muppie, a pesar de que lleva años con este estilo de vida; tiene 24 años, ha sido voluntaria en ONG’s, está por concluir sus estudios, detesta los alimentos procesados, y hace ejercicio diariamente de manera religiosa. Respecto a por qué decidió adoptar estas conductas, Martha dice estar convencida de que estas acciones contribuyen a su salud física y mental, además confiesa que le apasiona pensar en un mundo distinto, en sociedades más justas que procuren el planeta en donde viven.

Sus aspiraciones descansan en la lucha social, pretende colaborar en organizaciones civiles y dedicarse al activismo. Sus gustos son variados, en cuanto a la alimentación es sumamente estricta, su menú no contempla nada que tenga más de 6 ingredientes, y siempre elige lo orgánico y gluten free; le gusta asistir a exposiciones, museos, conciertos, aunque revela que opta más por un estilo de vida austero, la belleza la encuentra en las simplezas de la cotidianeidad.

Martha es una efigie mexicana de lo que describió Michelle Miller, y como ella, hay decenas de personas citadinas que han decidido inclinarse por este modo de vida, que sin duda se trata de una tendencia con muchas virtudes, no obstante, aún no sabemos si se trata de un verdadero cambio de conciencia o sólo es la inercia de un nuevo estilo. Eso se averiguará más adelante.

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