Cuando hablamos de maridajes, lo primero que viene a nuestra mente es el vino, sin embargo, ¿por qué no acompañar nuestros alimentos con un buen tequila?
Antes de entrar en materia, es importante señalar que el maridaje es el proceso de unir una comida con la bebida que mejor va con ella, es decir, la que mejor le siente. El objetivo de esto es crear nuevas sensaciones cada que se da un trago a la bebida y cada que se prueba un bocado del plato.
Esta vez, durante una cena colaborativa entre el Restaurante Garum y Loco Tequila (un producto de terruño con una graduación alcohólica de 40% fabricado en El Arenal, Jalisco), conocimos todo sobre las etiquetas representativas de la marca y sus acompañamientos más recomendados.
Aquí en De10.mx te contamos cómo maridar con tequila…
Maridaje con tequila blanco
Loco Blanco tiene notas herbales de agave fresco, pimiento verde, romero y albahaca frescos. También se distinguen toques de mieles, pera, manzana, lima y limón verde, además de una mineralidad que te recuerda a las piedras y tierra mojada.
En boca, las sensaciones son sedosas y aterciopeladas, por lo que su maridaje ideal es un platillo con sabores cítricos o que incluya mariscos. En este caso se optó un cremoso de cangrejo rubí, con cremoso de aguacate y jalapeño, ikura y emulsión de jitomate rostizado.
(Foto: Maricela Flores/De10.mx)
Maridaje con Loco Puro Corazón
Durante la producción de este tequila, se separa gota a gota la esencia más pura del tequila, quedándose solo con el corazón de la destilación, es decir, lo más puro. En nariz, sus notas son a menta, eucalipto, mieles y dulce de calabaza, así como sutiles notas cítricas y minerales.
En boca es ligero y armónico, suave y fácil de degustar, pues todos los hallazgos aromáticos se expresan de forma balanceada. Este tequila se lleva bien con mariscos, así que para este tiempo, el chef Vicente Torres sirvió un lenguado asado relleno de camarón, con salsa de naranja y mejillones.
(Foto: Maricela Flores/De10.mx)
Maridaje con tequila reposado
Este tipo de tequila es más complejo que el blanco, pues se suele dejar reposar en barricas, lo que le da notas a caramelo, miel, canela, vainilla, clavo de olor, pimienta, avellana, almendra y macadamia, así como manzana y chabacanos deshidratados.
En boca resulta sedoso, cálido y potente, por lo que lo ideal es acompañarlo con carnes y platos fuertes. Una opción es la del restaurante Garum, donde se presentó un confit de pato con salsa de naranja y miel, raviol de ragú de pato, tatín de cebolla y puré de dátil con jengibre.
También hay que destacar que si se tiene un postre y éste incluye una buena dosis de chocolate, el tequila Loco Ámbar también hace buen “match” con él.
(Foto: Maricela Flores/De10.mx)
Tequila… ¿con limón y sal?
Una de las costumbres más tradicionales en la mayoría de los bares e incluso cuando bebemos en casa, es acompañar este destilado con limón y sal, algo que actualmente ya carece de razón.
Antiguamente, se comercializaba tequila de muy baja calidad en las fronteras de México, pues en lugar de usar agave azul en su fabricación, se utilizaban alcoholes agrícolas que provocaban que el paso del tequila en la boca fuera desagradable, por ello se equilibraba el sabor y se cubrían las deficiencias de la bebida con limón y sal.
Actualmente, el agave azul ha recuperado su espacio, así que beberlo derecho, en una copa, para notar sus aromas, es lo ideal para disfrutar de este destilado como es debido.
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