Por: Patsue Chagoyan
Proveniente del sánscrito (una lengua clásica de la India), mándala (o mandala) quiere decir círculo mágico o círculo sagrado. Desde el punto de vista espiritual, un mándala es un todo; símbolo de la unidad y de la totalidad.
Para niños y adultos, los mándalas actúan en nuestro cerebro a través de las formas geométricas de los colores, del proceso de vida, pensamiento, experiencias, de los sentimientos que experimentamos … son el aquí y ahora de nuestra psique.
Carl Jung (médico psiquiatra, psicólogo y ensayista suizo; figura clave en la etapa inicial del psicoanálisis), utilizó este maravillosa herramienta, para explorar su propia psique. Él escribió que con ayuda de estos mándalas, él podía ir observando sus transformaciones psíquicas todo los días. De hecho, él se dedicaba un mándala diario, plasmando e interpretando sus sueños en él. Jung estudió el mándala en todas las culturas, para descubrir que es una forma arquetípica universal, llegando a la conclusión de que el inconsciente, nuestras experiencias vitales y nuestros sueños se unen en forma de símbolos. De ahí que los mándalas se vuelven muy útiles para nuestro crecimiento cuando aprendemos a discernir sus significados, siendo esta herramienta una forma mágica de expresarlos.
Formas de dibujar Mándalas y sus beneficios. Existen 2 formas de dibujar mándalas:
1. Forma terapéutica, para lo cual es importante que busques a un profesional o un taller donde te llevarán de la mano, camino al entendimiento de tu personalidad y el autoconocimiento, así como a sacar lo mejor de ti mismo y transformar lo necesario.
En el marco de las diferentes técnicas para hacerlo, uno de los procesos consiste en trabajar desde el interior hacia el exterior o del exterior hacia el interior, lo que nos lleva a movernos y ser más flexibles en la vida. Asimismo, en el proceso terapéutico se trabaja con la polaridad y la experiencia; Por ejemplo, al hablar de los colores brillantes, blanco, negro, gris … surgen preguntas como, ¿qué sientes? ¿qué experimentas con colores?, ¿qué pasa cuando sólo se trabaja con negros y grises?; También se trabaja pidiendo a la persona que termine las formas geómetras y las dibuje, con el fin de ver qué continuidad le da cada paciente …
Otra característica es la posibilidad de trabajar pérdidas, depresión o situaciones especiales que determinará el terapeuta. Por ejemplo, el mándala que proponen los budistas con arena de colores incluye una ceremonia de iniciación de los monjes, cantos y bailes. Terminado el mándala, se hace una ceremonia de clausura destruyéndolo, para entender lo efímero de las cosas.
Esta terapia fortalece el cerebro, ya que se trabaja con ambos hemisferios del cerebro; (Izquierdo: lenguaje lógica y matemáticas. Derecho: sentimientos, emociones, sexualidad, espiritualidad, imaginación y creatividad).
Se puede realizar un trabajo terapéutico de mándalas con sueños, tratando de dibujarlos, dimensionarlos y ponerlos en el presente.
2. Forma intuitiva o libre
Dentro de esta modalidad, existen 2 formas de hacerlo: coloreando mándalas, previamente dibujados; o creando el mándala, haciendo la parte geométrica e iniciando con un papel en blanco.
De esta forma, se estimulan las diferentes funciones mentales como la atención, la concentración, la percepción, la coordinación, así como la capacidad de elección, creatividad y de expresión, además de fomentar la relajación. Asimismo, no hace falta ningún conocimiento previo, ni tampoco querer entenderlo, hay que disfrutar la experiencia, como los niños.
Como uso terapéutico, los mándalas tienen como propósito controlar el estrés, la depresión, y, además, ayudan a la concentración, a calmar la ansiedad y sirven como catalizadores de la energía interior (positiva o negativa).
Algunas recomendaciones
Elige un lugar tranquilo, sin ruido y luz adecuada. Puedes acompañar tu proceso con música que te inspire.
Elige una mándala que para ti tenga algún significado o te llame la atención. El material para pintar dependerá del gusto y del presupuesto que tengas; pueden ser oleos, pasteles, pinceles etc. ¡Usa tu creatividad!
Conéctate con tu interior, detecta tus emociones, observa cuál es tu estado de ánimo y cómo evoluciona durante el proceso, respira, disfruta … y, finalmente, revisa qué sentiste y tu emoción al terminar el mándala.
No empieces varios mándalas a la vez, comienza uno y termínalo.
Obséquiate ese espacio de traer a ti esa emoción, recuerdos, símbolos que llegan a tu mete.
Cabe señalar que uno de sus usos es la meditación; nos ayuda a desarrollar la conciencia, la expresión del alma, la intuición, la comprensión hacia otras personas, así como despertar la creatividad y los sentidos, además de servir de apoyo en ceremonias y rituales.
Mediante símbolos y figuras, el mándala te ayudará a entender qué pasa en tu interior. Al escoger los colores, al pintar, tu inconsciente se está expresando y esta herramienta te permite hacerlo consciente.
Para más información: www.tarotsdelmundo.com