Durante muchos años, incluso Carlos Slim, el magnate mexicano lo ha dicho, se ha sugerido que la semana laboral, que por ley en México se extiende a seis días, debería reducirse a sólo cuatro, pero ¿en realidad hay beneficios?
Economistas estadounidenses han señalado que lo ideal, para su materia prima y para el trabajador, sería una semana de lunes a jueves con 10 horas de trabajo diario. De esta forma aumentaría la eficiencia y se reducirían los gastos tanto de la administración pública gubernamental como de las empresas.
Utah está dando el ejemplo en Estados Unidos y están poniendo a prueba la idea ¿los resultados? Mucho mejores de lo que imaginas. Si el fin de semana dura tres días hay cambios, hasta en el ambiente, se dejan de encender las luces de las oficinas públicas, no se usan ascensores ni computadoras, no se enciende la calefacción o el aire acondicionado, así que sólo con el viernes se ahorran millones de dólares cada mes.
El medio ambiente también se beneficia pues los empleados pasan en las autopistas o vías de comunicación 20% menos de tiempo a la semana, así lo señala John Langmaid, editor de la revista Connecticut Law Review, uno de los principales activistas de la medida.
Desde 2008 en Utah se trabaja las mismas 40 horas, pero en sólo cuatro días. Son 17 mil empleados los que adoptaron la media en un principio y el Estado ha visto los resultados según lo menciona 20 Minutos.
Además de los beneficios señalados, los trabajadores se muestran satisfechos con esta medida laboral, pocos extrañan los viernes, se sienten mejor aprovechados, disfrutan más el tiempo que les resta libres y trabajan mejor, esto reafirmas las investigaciones de Lori Wadsworth, de la Universidad Brigham Young quien señala que una medida unificada en toda la nación haría cambios en el rendimiento de los trabajadores para bien.
De acuerdo con Muy Interesante, el 82% de los estadounidenses que han sido encuestados para saber si cambiarían su semana a cuatro días se muestran a favor.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) también pugnan porque esta nueva regla se instaure en el mundo entero.