En México, los colibríes se encuentran bajo amenaza, pues su caza ilegal los tiene al borde de la extinción. Muchos ejemplares son comercializados en el mercado negro con fines de brujería y amarres.
Estas aves han sido admiradas desde tiempos prehispánicos, de hecho, los mayas las consideraban sagradas y hechas para ser libres, así que, si alguien se atrevía a capturar una o enjaularla, sería castigado por los dioses. Además de sagradas, se les veía como portadoras de buena suerte.
Es lamentable la depredación actual del colibrí, pues esta pequeña ave tiene un papel importante en el ecosistema como polinizador, pues transporta el polen (una célula masculina de la planta) a una planta femenina.
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Los colibríes son originarios de América y existen 330 especies, de las cuales, 58 pertenecen a México. Esta ave es única en su tipo, pues puede batir sus alas 200 veces por segundo. Su dieta se basa en el néctar que extrae de las flores.
Se trata de una especie única en su tipo, puede batir las alas 200 veces por segundo. Su dieta está basada en el néctar que extraen de las flores y necesitan comer cada 10 minutos, pues consumen la mitad de su energía en sus rápidos movimientos y aleteos.
(Imagen de YLawrence en Pixabay)
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Los “amarres de amor” acaban con los colibríes
Los colibríes son capturados para comercializarlos ilegalmente en mercados o negocios esotéricos, sobre todo, en la Ciudad de México. Su venta se ha incrementado debido a que se les atribuyen características “mágicas” en el amor. El costo aproximado de un colibrí en el mercado negro, es de 400 a 500 pesos.
Al momento de ser capturados, los colibríes sufren de un enorme estrés y desesperación, son aves muy delicadas por lo que mueren de inmediato. El rito más común en el que se les usa, es aquel en el que meten a un macho y una hembra en un pequeño saco rojo, les vierten miel y se cierra el saco para “sellar el hechizo de amor”.
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Hay quienes señalan que el cuerpo delgado del ave y su cabeza ligeramente protuberante evocan la imagen del miembro masculino, por lo que su simbolismo fálico es evidente y por ello es usado en este tipo de rituales.
Lamentablemente, estas prácticas se han extendido por toda la República Mexicana y fuera del país.
Con información UNAM Global.
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