Desde que surgió la pandemia de coronavirus, uno de los principales objetivos es reducir contagios por lo que se recomendaron una serie de acciones como la sana distancia o el uso de cubrebocas.
De inmediato, las mascarillas comenzaron a escasear y ante ello muchas personas comenzaron a utilizar mascarillas reutilizables, las cuales están elaboradas de diferentes tipos de materiales. Pero ¿qué tan efectivos son? Aquí en De10.mx te contamos los detalles…
Eric Westman, de la Universidad Duke, en Carolina del Norte, fue uno de los primeros en defender el uso de cubrebocas como medio para reducir la propagación del coronavirus. Junto a una organización local, se dispuso a regalar mascarillas a poblaciones en riesgo, pero necesitaba comprobar que el nivel de protección que ofrecían los proveedores de dicho artículo era real, pues no quería donar cubrebocas ineficaces que pusieran en riesgo a las personas.
Cubrebocas a prueba
Westman contó con el apoyo de varios colegas para realizar pruebas a varias mascarillas y encontrar las más eficaces contra la propagación de la Covid-19. El químico y físico, Martin Fischer, ideó un aparato que consistía en una caja, un láser, un lente y una cámara de un teléfono celular.
En el estudio publicado en la revista Science Advances, Westman y Fischer informaron que a través de una técnica simple, pudieron realizar pruebas visuales sobre la calidad de las mascarillas faciales, específicamente sobre las emisiones de gotas durante su uso normal.
Elaboración de cubrebocas en China. (Foto: Xinhua)
“Confirmamos que cuando la gente habla, se expulsan pequeñas gotas, por lo que la enfermedad se puede transmitir al hablar, sin toser ni estornudar”, dijo Fischer. “También pudimos ver que algunos revestimientos faciales funcionaron mucho mejor que otros en el bloqueo de partículas expulsadas”.
Los expertos señalaron que el uso de cubrebocas reduce considerablemente la propagación de Covid-19. Explicaron que la mitad de las infecciones provienen de personas que no muestran síntomas, así que al no saber que están infectadas pueden transmitir el virus cuando tosen, estornudan o incluso, con solo hablar. Indicaron que ante la ausencia de un medicamento o vacuna, el cubrebocas es la única manera de protegerse uno mismo y a los demás.
¿Cuáles son los cubrebocas más efectivos?
Westman y Fischer determinaron que las mejores mascarillas con las N95 sin válvulas. Son las de grado hospitalario que utilizan los médicos que se encuentran en la primera línea de atención a pacientes con coronavirus. Los cubrebocas quirúrgicos o de polipropileno también mostraron buena efectividad.
Los cubrebocas de algodón proporcionan buena protección, eliminando una cantidad sustancial del aerosol originado al hablar. Los pañuelos, bandanas o pasamontañas no bloquean mucho las gotas.
Ambos expertos señalan que se trata de resultados preliminares que requieren más trabajo para investigar las variaciones en las mascarillas y cómo las personas las usan.
6 cuidados básicos para mantener tu cubrebocas en buen estado
Esta es la lista de los cubrebocas más efectivos para reducir contagios de Covid-19:
1. N95
Los expertos de la Universidad Duke señalaron que sojn, por mucho, las mascarillas más eficientes, al no dejar pasar las gotas que se producen, incluso, al hablar.
(Foto de CDC en Pexels)
2. Quirúrgicas de tres capas
También son usadas por los trabajadores de atención médica de primera línea y su efectividad es sobresaliente.
(Foto: Emma Fischer, Duke University)
3. Polipropileno mezclado con algodón
Este tipo de mascarilla que se comercializa para médicos y para población en general, mostró una elevada eficacia.
(Foto: Emma Fischer, Duke University)
4. Polipropileno
Aunque no es tan eficaz como la que está mezclada con algodón, puede ser usada debido a alto nivel de protección que ofrece.
(Foto: Emma Fischer, Duke University)
Usar cubrebocas NO daña tus pulmones ni afecta tu oxigenación
5. MaxAT: mascarilla de una capa
Aunque cuenta con una sola capa, el estudio demostró que sus fibras son tan cerradas que resultan efectivas para evitar la propagación del coronavirus.
(Foto: Emma Fischer, Duke University)
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