Anualmente, la consultoría Aregional, se encarga de medir el Índice de Transparencia y Disponibilidad de la Información Fiscal de las Entidades Federativas (ITDIF), un instrumento estadístico que cuantifica la disponibilidad y calidad de la información fiscal generada por los Gobiernos Estatales en sus páginas electrónicas, cuyo objetivo es medir los esfuerzos que realiza cada Entidad Federativa a fin de elevar la disponibilidad y calidad de la información fiscal. A partir de este ubica a los estados más y menos transparentes en materia fiscal.
Los tres primeros lugares los ocupan el Estado de México, Puebla y Jalisco, con calificaciones mayores a los 96 puntos (de 100), ya que la información en sus sitios electrónicos está disponible con gran facilidad para cualquiera que lo requiera. Seguidos de Nayarit y Oaxaca, con una calificación por arriba de los 95 puntos, posteriormente se ubican Nuevo León, Veracruz, Querétaro, Campeche, Sinaloa, Chihuahua y Yucatán, todos con calificaciones superiores a los 89 puntos.
Cabe resaltar que además de estos 10 estados, 9 más se consideran en un nivel alto de transparencia fiscal; mientras que 9 más se estiman con un nivel medio, y 4 con un nivel bajo, estos últimos incluyen a los estados de Guerrero, Sonora, Tlaxcala y Morelos
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Cabe resaltar que en comparación con los años anteriores, en 2015 se obtuvo el promedio nacional más alto en la historia del índice con 81.21 puntos (en una escala de 0 a 100 puntos), este incremento, explican los especialistas, se debió a un mayor esfuerzo por parte de las entidades por acatar la reglamentación en materia de transparencia fiscal. Reglamentación señalada no precisamente en las leyes de transparencia locales, sino en el Artículo 6° Constitucional, las leyes de Coordinación Fiscal y la Ley General de Contabilidad Gubernamental.
¿Para qué sirve conocer todo esto?
La relevancia de este índice radica en la capacidad de los ciudadanos para acceder a las cuentas de sus estados, es decir, conocer en qué se gasta el dinero proveniente del pago de sus impuestos, así como la cantidad de recursos que reciben por parte de la federación, entre otros.
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Esto contribuye a un mayor y mejor control del quehacer de las autoridades, siempre y cuando la ciudadanía esté interesada en monitorear este tipo de información, pues de poca utilidad será tener la información disponible si nadie o únicamente unos cuantos recurren a ella.
No obstante, cabe señalar, que aunque la información no sea revisada por los ciudadanos, con el simple hecho de ser calificados por el índice, los estados se ven obligados a proporcionar la información fiscal, lo que aporta a la cultura de transparencia y rendición de cuentas del país, la cual se espera devenga en un mejor uso de los recursos por parte de los gobiernos.
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Ver: Mejorar la calidad de vida de los ciudadanos no es tan difícil