Tal parece que en esta época en la que vivimos, la felicidad se ha convertido en una especie de obsesión, queremos estar alegres y tener bienestar a toda costa. Pero esto no depende únicamente de nosotros.

Para empezar, ¿qué es la felicidad? Realmente es algo sumamente complejo de explicar. Algunos expertos la definen como “un estado deseable en el que uno tiene la capacidad de liberarse de miedos y barreras innecesarias y avanzar hacia la consecución de objetivos diarios y metas en la vida”.

Lo que los investigadores recomiendan es buscarla con “moderación”, sin ansiedad, y cuando se logre llegar a ella, ir variando en intensidad (algo así como lo que pasa con un orgasmo).

De acuerdo con , en Reino Unido, en el que participaron 500 mil personas de América y Europa, existe un ciclo de felicidad bien definido en nuestra vida que tiene forma de “U”, es decir que es muy alta durante la primera juventud, va decreciendo con la experiencia de la adultez hasta tocar fondo cuando se superan los 40 años. ¿Lo bueno? Que a partir de los 50 años crece de nuevo y la mayoría volvemos a ser felices.

La felicidad en la madurez comienza a los 50 años…
La felicidad en la madurez comienza a los 50 años…

Los niveles de felicidad se relacionan con los grados de experiencia y madurez por los que vamos pasando, los cuales, a su vez están condicionados por las emociones propias de la edad. Por ejemplo, en etapas inmaduras, la felicidad se confunde fácilmente con la satisfacción inmediata, ya que nuestra corta vida y la forma en que procesamos la información, nos impide profundizar e ir más allá, según señala .

¿Por qué son tan complicados los 40 años? Porque la mayor parte del tiempo lo tenemos centrado en “el mañana”, trabajando e invirtiendo para nuestro futuro, lo que se convierte en una obsesión y nos lleva a la ya tan famosa “crisis de los 40”, en la que lidiamos con mil cosas a la vez. Además, a eso le podemos agregar la pérdida de atractivo juvenil o los inicios de la menopausia (en las mujeres, obvio), indica .

Este trayecto hace que vayamos creando experiencia y, a partir de los 50 años, comienzan a recogerse los frutos. Aceptar los cambios es la clave que nos hará felices con el paso del tiempo. Y si ya estás en esta franja de edad y no te sientes totalmente dichoso, no es que esta teoría no aplique en ti, pues quizás estás en un muy buen momento y no te has dado cuenta.

Si quieres facilitar tu proceso hacia la felicidad tardía, sólo tienes que tomar nota de lo siguiente:

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