Los reportes médicos no mienten. ¿Es posible emborracharse sin una gota de alcohol? Sí, y es mucho más común de lo que creerías, pero nada divertido.
Mareo, náuseas, boca seca, resaca, desorientación, irritabilidad y todo eso que sientes en la fase posterior a la ingesta de alcohol, no, no cuando estás apenas happy, sino cuando ya llegan los terribles efectos de la borrachera.
¿Lo más curioso? Las personas que sufren de esto no bebieron nada de alcohol. La condición médica se llama síndrome de fermentación intestinal y es una forma en la que los microbios “buenos” del sistema digestivo fueron eliminados, lo que permitió que la levadura de la comida y otros hongos se fermentaran en el organismo, causando así la producción de alcohol, directo en el torrente sanguíneo, así lo señala Conetica.
Algunos de estos casos fueron presentados en los sketches de SciShow, donde se narra como un hombre fue diagnosticado con ese síndrome, pues llegó a la sala de urgencias con un nivel elevado de alcohol en la sangre, pero sin que hubiera tomado ni una sola gota de él.
Cada vez que el sujeto en cuestión ingería comidas ricas en carbohidratos, por ejemplo pan, las levaduras hacían de la suyas y fermentaban produciendo alcohol.
¿El tratamiento? Le dieron antimicóticos para eliminar las levaduras y probióticos para restaurar la flora intestinal.
Es conveniente decir que hay una variante del síndrome en el cual una persona puede ingerir alcohol en pequeñas cantidades, pero emborracharse de la misma forma que si hubiera tomado de más, debido a que no producen las enzimas que metabolizan el alcohol en su hígado.
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