Por décima ocasión consecutiva fue el escenario de partida para 400 canoeros, que con el alma y el corazón recorrieron 50 kilómetros, ida y vuelta, de la Travesía Sagrada Maya para rendir tributo a la diosa Ixchel.

No, no se trata de una competencia o de una carrera o de un concurso, la es un ritual que data del período 1250 - 1519 d.C. en él se conjuntan el conocimiento que tenían los mayas sobre la navegación, las rutas marítimas comerciales y su veneración a , la fertilidad y la gestación.

Los antiguos habitantes partían del puerto de Polé (hoy Xcaret) hasta Cuzamil (hoy Cozumel) donde se localizaba su oráculo, para llevarle ofrendas y recibir su mensaje divino, el cual llevaban de regreso a sus comunidades. Esto se ha descifrado gracias a las investigaciones de antropólogos del INAH y de la UNAM quienes de la mano del Parque Xcaret se han dado a la tarea de revivir esta tradición prehispánica.

Fue antes del amanecer del viernes 20 de mayo de este 2016 que hombres y mujeres se dieron cita en la playa de Xcaret para comenzar con el ritual maya, en el que la encomienda es llevar al templo de Ixchel las ofrendas para que ella sea benévola con su pueblo. Danzas, quema de incienso, cánticos y oraciones son parte de esta ceremonia que se ha convertido en pieza importante de los habitantes de la región, quienes desde hace 10 años han retomado la Travesía Sagrada Maya.

Como lo menciona “La Regia”, una mujer madura y muy alegre que lleva viviendo el Playa del Carmen seis años y que ha sido canoera en tres ocasiones, hay un antes y un después en cada persona que realiza la Travesía Sagrada Maya. Ella, por ejemplo, menciona que al realizar este ritual le ha pasado de todo, desde no poder terminar el trayecto por ser presa del “” hasta tener la satisfacción de contar que gracias a este ritual una de sus amigas pudo quedar embarazada.

En esta ocasión “La Regia” no pudo ser parte de la travesía debido a que el horario de su trabajo no se lo permitía y es que para ser un canoero no sólo tienes que tener ganas, aquellas personas que han decidido ser parte de esta tradición deben prepararse por seis meses, entrenar no sólo físicamente sino también espiritualmente enfrentándose a sus propios demonios como el miedo y el egoísmo, pues al ser un canoero te integras en una comunidad en la que cada uno es pieza clave, pues en sus manos se deposita la vida y esperanza de sus compañeros.

Esta hermandad que se genera entre los canoeros se siente desde su partida, desde el comienzo de esta aventura única, pero el retorno de estos guerreros y guerreras a Xcaret es sin duda la parte más emocionante del ritual, pues a pesar del extenuante cansancio llegan con los brazos abiertos, los ojos llorosos y una sonrisa en el rostro que sin duda transmite su satisfacción.

“Fue mi segunda experiencia, luchamos, dimos todo lo que teníamos ayer para llegar a Cozumel, el tiempo estaba demasiado malo pero aún así el equipo dio todo para llegar. Tengo sentimientos encontrados, Ixchel me enseñó muchas cosas en esta travesía, a superar muchas cosas que se me han atravesado en mi vida… ¡Sí se pudo!”, así nos lo cuenta Laura de 45 años de edad, quien con ojos rojos de emoción no duda en volver a repetir esta experiencia “primeramente Dios aquí estaremos el próximo año haciendo nuevamente esta gran aventura.”

La diosa Ixchel retó a los canoeros en la décima Travesía Sagrada Maya
La diosa Ixchel retó a los canoeros en la décima Travesía Sagrada Maya

La Travesía Sagrada Maya es una experiencia que se tiene que vivir, y si estás dispuesto a enfrentarla visita este link:

Para que te emociones aún más, te dejamos la siguiente galería con información adicional de esta tradición maya.

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