Dicen por ahí: “dime con quién andas y te diré quién eres”. Y según la ciencia, este refrán no estaría equivocado. Esto, debido a que un estudio señala que tras pasar un buen tiempo junto a una persona, nuestros cerebros comienzan a asemejarse.
Tal vez ya habías notado que cuando pasas un tiempo razonable con alguien, comienzan a usar el mismo tono de voz, las mismas palabras, o a ver la vida de la misma manera. Pues eso tiene una explicación científica…
Moran Cerf, neurocientífico de la Universidad de Northwestern, explica que cuando dos personas están juntas sus ondas cerebrales empiezan a verse idénticas:
"Entre más estudiamos el involucramiento, más vemos que por el simple hecho de pasar tiempo con ciertas personas nuestros cerebros se alínean con el de ellas, lo que significa que las personas con las que te juntas tienen un impacto en nuestro involucramiento con la realidad que va más allá de lo que podamos explicar. Uno de los efectos es que nos empezamos a parecer a ellas".
Según Cultura Inquieta, en gran medida esto se debe a la neuroplasticidad del cerebro: el hecho de compartir estados de ondas cerebrales va moldeando nuestras conexiones neuronales, así como nuestra forma de ver y relacionarnos con el mundo.
Cerf considera que si queremos maximizar nuestra felicidad y reducir el estrés, debemos de tomar en cuenta este factor. Recomienda no gastar demasiada energía en la toma de decisiones, ya que esto va mermando la energía del cerebro, así como rodearnos de personas que tengan las características que estamos buscando. Esto hará que, con el tiempo, estas características florezcan en nosotros, según indica Pijamasurf.
Pero como en todos los casos, existe la posibilidad de que estos estados de sincronización cerebral puedan ser alterados o desactivados cuando las personas mantienen una alta conciencia de su propio proceso interno, y evitando dejarse influenciar por otros.
Y tú ¿qué tan cierto crees que es ésto?