Si eres amante del mezcal, seguro sabes que cada 20 de octubre se celebra el Día del Mezcal en México, y seguro brincarás de la emoción al saber que esta bebida, no solo es deliciosa, sino que también produce un curioso “milagro”: a la mañana siguiente de una noche de shots de mezcal, no tendrás que lidiar con la infame cruda o resaca.
No se trata de un mito, ni mucho menos. La composición del mezcal cuenta con elementos únicos que previenen las resacas. Además, tiene una fascinante historia milenaria y otros beneficios para la salud.
El mezcal es un destilado que se fabrica a partir de la cocción y fermentación de las piñas del maguey. Se puede preparar artesanalmente, seleccionando los mejores agaves y cociendo sus piñas en un horno rústico o autoclave. Posteriomente se extrae el jugo de la piña, se fermenta y se destila.
En De10.mx te contamos todo dobre su historia y aportaciones a la salud del mezcal…
Se trata de un de los alcoholes más puros del mundo, debido a su cadena molecular. La mayoría de las bebidas alcohólicas están hechas de monosacátidos, que deben descomponerse en el hígado antes de ser eliminados.
Sin embargo, el mezcal se compone de polisacáridos que se desintegran desde que tienen un primer contacto con la lengua. Esto resulta en que el cuerpo los absorbe con mayor rapidez y a su vez, los deshecha con facilidad.
Debido a esto, no provoca la “cruda” que otros alcoholes sí desencadenan. Es irónico, dado que en un inicio se consideraba al mezcal una bebida “corriente”.
Actualmente, únicamente estos estados están autorizados para producir mezcal con Denominación de Origen: Durango, Zacatecas, Michoacán, Puebla, Guerrero, Tamaulipas, San Luis Potosí, Guanajuato y Oaxaca.
Foto: Michal Jarmoluk en Pixabay
Antiguamente el mezcal era usado en rituales o ceremonias prehispánicas. Recientementemente, un estudio de especialistas de la UNAM, reveló que existieron hornos destinados a la destilación de mezcal en la zona de Xochitécatl-Cacaxtla, Tlaxcala, usados 600 y 400 antes de Cristo (a.C.)
Anteriormente se creía que el proceso de destilación había sido importado por los españoles, quienes a su vez lo retomaron de los árabes. También se consideraba que entre las sociedades mesoamericanas la bebida alcohólica más popular era el pulque, proveniente del maguey.
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Pero durante el análisis de esta zona arqueológica, los especialistas encontraron algunas cavidades especiales. En un inicio pensaron que eran usadas para cocer cerámica, pero sus características les permitieron afirmar que se trataba de “hornos” para coccer las cabezas de maguey.
Para sustentar este hallazgo, la Facultad de Química y en el Instituto de Química de La UNAM realizaron cuidadosos análisis en los escurrimientos y manchas de los hornos, concluyendo que se trataba de piña de maguey quemada.
En el libro Conquista y comida, consecuencias del encuentro de los mundos, la autora Janet Long enlista diversos aportes del consumo moderado de mezcal para el organismo.
De acuerdo con esta especialista, esta bebida favorece la digestión. También es un excelente relajante que puede contribuir a conciliar el sueño (¡Adiós insomnio!)
El mezcal además ayuda a optimizar las funciones cardiacas. Su consumo puede prevenir paros cardiacos, gracias a su efecto contra la artropatía coronaria.
Tomar un caballito de mezcal ayuda a calmar el dolor y evita inflamaciones. También puede combatir el colesterol y ayudar a disolver las grasas. Sus propiedades son benéficas para las funciones circulatorias.
Las cadenas de polisacáridos que conforman el mezcal también facilitan su consumo para personas con diabetes. Eso sí, no se recomienda su consumo en ayunas ya que puede bajar los niveles de azúcar hasta niveles peligrosos, provocando hipoglucemia.
A pesar de los múltiples beneficios de su consumo, es necesario recordar que el mezcal sigue siendo una bebida alcohólica y que no se debe abusar de él. Así que con moderación, prepárate un shot y ¡salud!
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