Por: MVZ Alejandra G. Chávez Villalobos

Generalmente, los animales con problemas de comportamiento muestran conductas anormales (agresión, miedos, ansiedad, conductas compulsivas) o viven en sitios en los que muestran comportamientos propios de la especie y se pueden considerar indeseables para los propietarios (destrucción de cosas, ladridos excesivos, jalones en paseos, juegos bruscos, eliminación en sitios indeseados, cavado de hoyos, rascado de puertas, sillones u otros objetos), por lo que deben ser tratados mediante métodos terapéuticos.

Como una rama de la Medicina Veterinaria la cual se encarga de la prevención, diagnóstico y tratamiento de los trastornos de la conducta animal, la etología clínica es el equivalente a la psicología y psiquiatría en los seres humanos.

La conducta de una mascota puede cimentar la relación con el propietario, pero también puede ser causa de la ruptura de este equilibrio con consecuencias catastróficas. Se sabe que los problemas de conducta pueden modificar el lazo mascota – propietario, hasta el punto de romperlo. Frente al desconocimiento de la existencia de la etología clínica, muchas personas no tienen claro cómo tratar algún problema de conducta con su mascota. Además, es poco probable que los propietarios de mascotas con problemas de conducta les proporcionen a éstos la mejor atención veterinaria, ya que el lazo se ha roto y como consecuencia muchos animales son abandonados o eutanasiados.

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A partir del momento en que deciden tener una mascota un etólogo clínico puede asesorar a los propietarios en la elección de la raza adecuada para la familia, de acuerdo al estilo de vida, así como para recomendar un manejo adecuado y prevenir posibles problemas de comportamiento. Por lo general, la falta de estimulación, la excesiva reclusión o la falta de actividad, provocan comportamientos menos aceptables.

Asimismo, cuando nuestra mascota es cachorro, tienden a ser curiosos, muy activos, animales que necesitan actividad, interacción social y estimulación. Si estas necesidades no se cumplen, es normal que se encuentren maneras no aceptables para sustituirlas. Especialmente para aquellos que sufren ansiedad, la estructuración y la posibilidad de predecir las acciones y sucesos pueden ser muy importantes para los animales. Asimismo, al guiar a la mascota durante todas las interacciones y recompensarla por estar calmada y tranquila, se establecerá una nueva forma de relacionarse con ella, que implica el logro del comportamiento deseado y le brinda mayor estructuración al animal.

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Enseñarles comandos (entrenamiento), nos puede ayudar como parte de la terapia conductual; no obstante, no sustituye el tratamiento etológico. El entrenamiento que puede utilizarse para que el propietario tenga un mejor control con su mascota, es a base de refuerzo positivo, haciéndolo de manera gentil, logrando que pueda aprender cualquier comando y con esto tener una mascota socialmente responsable.

Por: MVZ Alejandra G. Chávez Villalobos

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