Holanda se ha convertido en un modelo a seguir en muchos aspectos. Generalmente se caracteriza por ser una nación que impulsa iniciativas a través de las cuales sean respetados los derechos de todos los seres vivos.
Por ejemplo: fomenta el uso de la bicicleta como medio de transporte, invierte en energía solar y fortalece sus políticas públicas contra el cambio climático. Sin duda debe ser referente para todos los países.
Pero en esta ocasión logró algo que nadie esperaba. Resolvió el problema de los perritos callejeros. Sí, por sus avenidas ya no se ve un solo animalito abandonado. Seguro pensarás que recurrieron a las clásicas perreras o al sacrificio de los peluditos, pero no fue así.
El gobierno holandés decidió poner orden ante el problema en el que se había convertido el abandono de las mascotas que “no eran de raza”, y aplicó un plan basado en cuatro puntos:
1. Concientización
Se le hizo entender a la población que el maltrato animal es un crimen tan grave como cualquier daño que pudiera realizarse a una persona. De hecho, en Holanda, los animales de compañía tienen derechos similares a los de sus dueños.
2. Leyes y multas
Las multas por maltrato o abandono pueden superar los 16 mil euros, e incluso, puede alcanzarse una pena de cárcel de hasta 3 años por maltratar a los animales de compañía. Se trata de una de las leyes más duras de Europa.
3. Castración gratuita y obligatoria
La compra compulsiva de perros de raza, en lugar de adoptar a los que se encuentran en los refugios, contribuyó a que las calles de Holanda se poblaran de perros abandonados. Así que para impedir la reproducción de los animales que vivían en la calle, el gobierno asumió el costo de las castraciones y organizó campañas de esterilización masiva y gratuita.
4. Impuestos a la compra de perros
Se establecieron fuertes impuestos a la compra de mascotas de criaderos, a fin de desalentar este negocio y fomentar la adopción de perritos sin hogar.
¿Crees que este tipo de acciones se pueden implementar en nuestro país?
Con información de Cultura Inquieta y Prensa Libre