Juan Pedro Franco, mejor conocido como el hombre más gordo del mundo, bajó más de 300 kilos debido a que el mes pasado se contagió de coronavirus. El mexicano se enfrentó a la batalla de este virus que puso en riesgo su vida por los padecimientos desarrollados por su sobrepeso.
Pedro, reconocido por obtener el récord Guinness en 2017 al pesar 595 kilos, platicó que adquirió el virus por las enfermedades cardiovasculares, pero que pudo salir de ella aunque la muerte la sintió de cerca.
"La Covid-19 es muy agresiva y complicada para las personas que tienen sobrepeso, diabetes e hipertensión. Había días que el dolor de cabeza era fuerte y no se me quitaba, tenía dolor intenso en el cuerpo y me faltaba la respiración, a su vez, tenía temperatura muy extrema, mi vida estuvo realmente en peligro”, platicó Franco a AFP desde Aguascalientes.
Foto de: Ulises Ruiz/ AFP
El “hombre más obeso del mundo” es mexicano y lucha por perder peso
José Antonio Castañeda, doctor que atendió a Juan, dijo que los pacientes que llevan una vida sedentaria con mala alimentación son más susceptibles a sufrir complicaciones graves al contagiarse de coronavirus y las posibilidades de salir son muy pocas, pero Franco fue la excepción.
La razón de la disminución de tallas fue un factor importante para su recuperación, ya que fue un tratamiento complejo el que vivió, el cual incluye tres cirugías, además de aprender a controlar sus niveles de glucosa y presión arterial, por lo que el doctor le retiró los medicamentos para tener una pronta recuperación. Ahora Juan Pedro Franco pesa 208 kilogramos y su salud se encuentra en mejor estado.
Actualmente México enfrenta dos batallas: 1) La lucha contra la obesidad infantil y en adultos, ya que nos encontramos en los primeros lugares a nivel mundial. 2) Con esta situación de obesidad ha sido aún más complicado evitar que las personas contraigan Covid-19 y que sean casos graves.
Científicos e investigadores especialistas en la medicina de todo el mundo investigan el porqué una persona con sobrepeso es más vulnerables al Sars-Cov-2. Una de las hipótesis que se han encontrado es la inflamación crónica, originada por el exceso de tejido adiposo en personas obesas, el virus exacerba más la inflamación y aumenta los niveles de moléculas inflamatorias circulación.
Debido a esta alteración, la Covid-19 produce una disfunción metabólica que se va a otras patologías como: dislipidemia, elevación de los límpidos como colesterol y triglicéridos, resistencia a la insulina, diabetes tipo 2 e hipertensión que ponen el riesgo su salud.
Otro factor en las personas con obesidad es la falta de vitaminas como la D, que aumenta el riesgo de infecciones sistémicas y afecta al sistema inmunológico. Por ello, es importante consumir dicha vitamina en nuestro cuerpo porque previene infecciones respiratorias.
Sin embargo, aunque aún no hay una vacuna para fortalecer nuestro cuerpo, la buena alimentación, hacer ejercicio y consumir vitaminas son importantes para evitar ser un paciente infectado con coronavirus.
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