Las mascotas traen mucha alegría a nuestras vidas y nosotros tratamos de corresponder ese amor incondicional que nos brindan. Lamentablemente no todos los animalitos pueden encontrar un hogar amoroso y muchas veces su aspecto físico tiene mucho que ver.
La mayoría busca mascotas lindas y esponjosas, pero no todas son así y el conejo Mr. Bigglesworth es un claro ejemplo de ello. Aquí en De10.mx te contamos su historia…
Todo comenzó cuando una mujer llamada Cassandra Hall vio un anuncio en el que se ponían a la venta algunos conejos y decidió darle uno a sus hijos como mascota. En la foto aparecía un animalito inusual, pues no tenía pelo.
Cassandra, llena de curiosidad, se puso en contacto con el criador y aunque le dijo que el conejo sin pelo era el único que no estaba en venta, al final accedió a dárselo en adopción.
Los conejos nacen sin pelo debido a una condición genética. La mutación se desarrolla por un apareamiento entre conejos de la misma familia, debido a que se encuentran en cautiverio demasiado tiempo. Generalmente se da en el cruce de conejos de la raza Rex.
Desafortunadamente los conejos sin pelaje son más propensos a tener malas condiciones de salud y requieren de cuidados muy precisos; es por ello que los criadores prefieren sacrificarlos, pues casi nadie los quiere.
¿Sabías que hay perros xoloitzcuintles con pelo?
Cassandra no podía permitir que ese pequeño conejo muriera, así que se lo llevó a casa. A pesar de que ya tenía dos conejos más en casa, no sabía nada sobre los cuidados que debía darle a uno sin pelaje. Buscó información en línea y le creó una cuenta en Instagram para buscar ayuda y todo resultó de maravilla.
El pequeño conejo sin pelo se convirtió en una estrella de Instagram, con más de 122 mil seguidores, pero lo mejor es que muchos dueños de conejos sin pelo comenzaron a compartir consejos con Cassandra, sobre todo para el cuidado de la piel de su nueva mascota.
Mr. Bigglesworth ahora tiene un hogar lleno de amor y su historia demuestra que no importa el aspecto de un animalito, pues todos merecen una vida llena de amor.
Fuente 22 Words y El Comercio.
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