Por naturaleza los niños son espontáneos y, en ocasiones, hasta irreverentes. Muchas veces no se comportan como quisiéramos o como pensamos que deberían hacerlo. Pero dentro del proceso educativo en el cual se involucran tanto docentes y directores de colegio como los padres de familia y los mismos estudiantes, no debemos olvidar que cada niño es diferente, con base en sus talentos particulares.

Todos tenemos uno o varios talentos para alguna actividad específica; y es por ello que la manera en la que actuamos siempre estará determinada por los procesos o esquemas relacionados con nuestro propio talento. Pero, ¿cómo detectar los talentos en los niños?

En 1983 Howard Gardner propuso un modelo que, hasta la fecha, es uno de los más eficientes, para comprender los diferentes talentos con los que todos nacemos: inteligencias múltiples. Según Gardner para ser exitoso en cualquier ámbito de la vida, ya sea personal, escolar o profesional se requieren talentos o inteligencias relacionadas con el área en la que hemos adquirido éxito.

Con este modelo Gardner se refiere a ocho distintos tipos de inteligencia:

  • La lingüística, que hace referencia a la capacidad de utilizar el lenguaje oral o escrito para expresar ideas complejas;
  • La lógico-matemática, que manifiesta la capacidad de calcular, medir, evaluar y efectuar operaciones concretas y matemáticas;
  • La naturalista, que favorece a la comprensión de sistemas naturales;
  • La espacial, útil al recorrer el espacio, ubicar objetos, ver el mundo en tres dimensiones;
  • La musical, aquella capacidad de ser sensible a ritmos y armonías;
  • Kinestésica-corporal, que fomenta el desarrollo de habilidades físicas;
  • La interpersonal, que es la capacidad de interactuar con otros;
  • La intrapersonal, la que permite percibirse a uno mismo con el fin dirigir nuestra vida correctamente.

En este sentido, las inteligencias múltiples nos permitirán saber que cada niño aprende con un estilo diferente y que cada uno tiene capacidades distintas para desenvolverse en diferentes espacios y áreas de aprendizaje.

Es muy importante aprender a reconocer todos los talentos de los niños, identificando sus deseos, gustos e intereses, buscando que puedan desarrollar varios tipos de actividades como la pintura, los deportes, la música, la actuación, oratoria o la lectura y, de esta manera, ser capaces de encontrar las mejores estrategias para fomentarlos y estimularlos continuamente.

Indudablemente, el salón de clase debe ser un lugar que permita a los niños experimentar y tener libre expresión para que fortalezcan sus capacidades, de ser posible dentro de espacios lúdicos, compartiendo con otros niños todos sus talentos y enriqueciéndolos de la misma forma.

Una metodología educativa basada en inteligencias múltiples logra convertir el aula en un Espacio de Aprendizaje Total®, donde, mediante el uso de herramientas pedagógicas de vanguardia, es posible detectar y fomentar los talentos de cada niño.

Trabajar en descubrir los talentos de cada uno de los niños en el salón de clase resulta vital y, más aún, si queremos que aprendan de manera significativa. Es por ello que debemos crear espacios dentro del aula que cuenten con los elementos necesarios para permitir el trabajo y desarrollo de las inteligencias múltiples, como vía para formar niños brillantes y multicompetentes.

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John Moreno

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