Xonaca es uno de los barrios más significativos en cuanto a la celebración del Carnaval refiere, durante casi cien años han mantenido la tradición y 2015, no fue la excepción. El Alto, Xanenetla, San Baltasar Campeche, y otros barrios fundacionales, desplegaron el color, la música y tradición en las calles que conforman sus demarcaciones.

El Carnaval de Puebla tiene marcas diferencias respecto a otros carnavales del valle Puebla-Tlaxcala, cada uno resalta vivencias e historias colectivas de sus localidades en momentos históricos determinados, de ahí que en Huejotzingo el Carnaval sea representado a través de una batalla épica y en los barrios fundacionales de Puebla aluda a la mofa de la clase dominante en el tiempo de La Colonia.

En la danza participan tres personajes fundamentales que dan vida a la crítica que, en su momento, las clases dominadas hacían de los hacendados: El “huehue” cuyo significado evoca a la experiencia; la “Maringuilla” un personaje vestido de mujer que seduce y encarna la lujuria, el deseo; y el “diablo” que durante la danza bromea y molesta a la gente de alrededor.

Para el caso del Carnaval de Puebla, cada barrio posee un buen número de cuadrillas, integradas por 40 y en ocasiones hasta 80 danzantes, que año con año renuevan sus vestuarios y dedican gran parte de su tiempo a la preservación de la tradición.

La cuadrilla “26 Oriente La Original” es una de las cuadrillas pertenecientes al barrio de Xonaca, está integrada por 80 danzantes y se ha consolidado como una de las cuadrillas más imponentes y tradicionales del barrio; los martes de “quema del diablo” (el día en el que concluye la fiesta de la carne) han logrado reunir a más de 15 mil personas para presenciar el espectáculo con fuegos pirotécnicos, luces, danza y un gran festejo al culminar el ritual.

Esta cuadrilla, a diferencia de otras, ha mantenido los lineamientos de vestuario y danza desde sus inicios, por el contrario otras cuadrillas han permitido el ingreso de nuevos grupos de danzantes como los “payasos” y los “punks”. El motivo, es la preservación de la tradición tal como la heredaron de sus padres, no obstante, las variaciones dependen de la decisión de los jefes de cuadrilla.

La duración de la festividad es de cuatro días, comenzando el domingo anterior al “miércoles de ceniza”, y durante los cuatro domingos próximos los huehues danzarán en las calles de su barrio acarreando la fiesta con sus pasos.

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