Seguramente te ha pasado, por alguna razón que ni siquiera conoces, que te levantas con diarrea, un malestar estomacal espantoso; pero haciendo memoria no comiste nada extraño, pero eso sí, te la pasaste tomando toda la noche anterior. ¿Te identificas?
Si después de una noche de copas te sientes con un patrón extraño de idas al baño, no es tu imaginación, ni es que lo haya provocado algo que comiste.
Para empezar, el alcohol irrita tu intestino, lo que hace que los jugos intestinales te jueguen malas pasadas, pero también que los músculos alrededor se contraigan más, estas contracciones son las que disparan las ganas de ir al baño.
Si las contracciones son más constantes, podrían estar empujando tu popó antes de que el intestino pueda absorber el agua de la comida. Vas a estar yendo mucho al baño y posiblemente lo hagas de manera líquida, pues aún no se ha formado la caca correctamente.
Ahora, la irritación intestinal no es lo único, el alcohol en realidad mata las buenas bacterias del intestino, así que la flora está afectada y tiene mayor cantidad de bacterias malas.
El Dr. Andrew Black, gastroenterólogo entrevistado por la revista Woman´s Health de Estados Unidos, asegura que los componentes del alcohol, por ejemplo el gluten puede afectar tu cuerpo también, el rush de carbohidratos causa la misma sensación, pues el estómago tendrá problemas para digerirlo si tomas una bebida con mucha azúcar.
Si quieres evitar la diarrea, primero comienza tomando con moderación, no tomes más de dos copas al día, pues entre más alcohol más probabilidades de diarrea.
Además, mantente hidratado, trata de tomar una copa y después un trago de agua, el mantenerte hidratado hará que no te dé diarrea, sobre todo, ten mucho cuidado con el azúcar, de preferencia toma bebidas bajas en este carbohidratos.
¿Te ha pasado esta situación?
Foto: El Universal