Seguramente has notado cuando comes fuera de casa que cada vez hay más opciones veganas, desde alternativas en el menú, hasta restaurantes con esta temática. Pero el veganismo no sólo es la alimentación de moda, también podría salvar al medio ambiente.
Como todas las dietas, el veganismo tiene sus pros y contras y sí, también impacta en los recursos del planeta. Sin embargo, cada vez hay mayor evidencia de que este estilo de vida, que excluye el consumo de cualquier producto de origen animal, podría tener un impacto significativo en la Tierra.
En caso de que decidas sumarte a los veganos o aún estés indeciso, en De10.mx te presentamos 5 formas en las que esta dieta favorece al planeta. Eso sí, te advertimos que la lista de productos que no puedes consumir en el veganismo es bastante extensa.
De acuerdo con un
informe del 2018 de la revista Science, la carne, el pescado, los huevos y los lácteos acumulan el 83% de las tierras cultivables del mundo y hasta los productos animales con menor impacto superan la carga ambiental producida por las alternativas vegetales. Además, al año se destinan 700 millones de toneladas de alimentos al ganado.
Todos estos factores se suman a que en un futuro, si la población humana continúa creciendo, la exención de tierras destinada a la ganadería también se vuelva insostenible.
Para producir un kilo de carne se necesitan 13,000 litros de agua, mientras que producir la misma cantidad de maíz sólo requiere de 500 litros. Además, la ganadería contribuye a la contaminación del agua, debido a los desechos de los animales en las vías fluviales.
La
ONU descubrió que en el agua que la gente usa para beber y bañarse hay presencia de estiércol sin tratar, pesticidas, antibióticos, hormonas y fertilizantes que provienen de los cultivos que alimentan al ganado.
La deforestación alarmante que se vive actualmente también impacta en el cambio climático, ya que los bosques acumulan el 45% del carbono del suelo. La crianza del ganado despeja estas áreas para los animales destinados al consumo.
Por el contrario, el cultivo de vegetales enriquecería el suelo, en lugar de despojarlo de sus nutrientes. También tendría un impacto importante en aumentar las reservas de carbono del planeta.
La explotación animal requiere de una gran cantidad de recursos y aunque la producción vegetal también emplea energía, su impacto es mucho menor. Además, las emisiones agropecuarias, principalmente metano, conforman hasta el 18% de las emisiones totales de los gases de efecto invernadero, parcialmente responsables del calentamiento global, de acuerdo con la
Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos.
Aún en los hogares donde se consumen productos animales, se desperdician 570,000 toneladas de carne fresca cada año. De acuerdo con el libro Farmageddon, de Isabel Oakeshott y Philip Lymbery, esto equivale a 50 millones de pollos, 1.5 millones de cerdos y 100 mil unidades de ganado vacuno.
Migrar hacia una dieta vegana podría ser el primer paso no solo para cambiar la alimentación y el medio ambiente, sino que también sería un avance hacia ser más conscientes sobre el impacto de lo que consumimos cada día.
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