Ni los quema el sol ni le temen al ajo… los “vampiros” modernos han empezado a ingerir sangre de los jóvenes en un intento por alargar su vida y combatir enfermedades. Aunque suene muy loco, esta práctica no es sacada de ninguna leyenda e incluso hay estudios que la respaldan.

Un de la University College London (UCL) descubrió que el plasma, uno de los principales componentes de la sangre, podría mejorar la salud general.

Para este estudio, 70 personas mayores de 35 años recibieron transfusiones con sangre de adolescentes. En las pruebas se detectaron mejoras en los marcadores biológicos para ciertas enfermedades. También se comprobó, en ratones, que esta sustancia podrá evitar padecimientos relacionados al envejecimiento.

Antes de que vayas a clavar un popote en las venas al primer adolescente que se te atraviese, es necesario decir que este estudio en particular fue impulsado por una empresa llamada Ambrosia, dedicada al comercio de sangre.

Tal como lo lees, esta empresa ofrece bolsas de plasma extraído de adolescentes. Una bolsa de dos litros y medio puede llegar a costar hasta 8 mil dólares. Ambrosia obtiene su materia prima de bancos de donación y aunque sus resultados no han convencido a la comunidad médica, ya tiene 600 clientes.

Hay otros estudios independientes que respaldan el consumo de sangre. En 2014, investigadores de la Universidad de Harvard colocaron transfusiones en varios roedores. En este proceso se les inyectó a los ratones la proteína GDF11, proveniente de animales más jóvenes.

En la se comprobó que había efectos positivos en los músculos y cerebro de los ratones. Además, se registraron mejoras en sus capacidades cognitivas y motoras.

Ese mismo año, la Universidad de Stanford publicó con resultados similares. En este caso se comprobó que la inyección del plasma sanguíneo de animales jóvenes promovía el crecimiento de células nerviosas en roedores ancianos.

Aunque estos resultados son prometedores, no son milagrosos. Hasta ahora la mayor parte de las pruebas se han llevado a cabo en ratones, por lo que no hay suficiente evidencia médica para respaldar sus efectos en los seres humanos.

Además, no se trata de un procedimiento simple, ya que hasta ahora se han realizado pruebas con inyecciones y transfusiones, sin ingerir el líquido directamente. Por lo tanto, untar la sangre en el cuerpo o beberla directamente, como se ve en muchas leyendas de vampirismo, no es efectivo.

Con información de, y

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