El reloj marca las 12. Sabes que tienes que comer uvas, las 12, todas en menos de un minuto. Te atragantas con cada una de ellas mientras intentas ordenar tus pensamientos, los desos que quieres pedir y lo que quieres hacer y que no se te vaya ni uno solo. Siempre es lo mismo. Cada año y aun así no logras tu cometido, pero, ¿sabes cómo se originó este ritual de Año Nuevo que no cesas de practicar esperanzado?

De acuerdo con información de , la historia de por qué comemos las doce uvas en Nochevieja es bastante controvertida, se sabe, porque está documentado, que al menos tiene más de 110 años de historia, de hecho el primer registro escrito data de 1896 cuando en un artículo del 1 de enero se narra cómo el nuevo gobierno en España había brindado y comido uvas a las doce de la noche para despedir el viejo año y dar la bienvenida al nuevo.

Unos años antes, en 1882, hubo un bando del Alcalde de Madrid, José Abascal y Carredano, en el que imponía una tasa de 1 duro (cinco pesetas) a todos los que quisieran recibir a los Reyes Magos. Esto se hacía para evitar una tradición en Madrid según la cual se sometía a la burla del pueblo a los forasteros que llegaban a la capital con la creencia de que había que ir a buscar a los Reyes Magos la madrugada del 5 de enero.

Bueno, pues con esta intención se bebía y se hacía ruido de madrugada y el alcalde quería evitarlo. Entonces, a modo de protesta los madrileños adelantaron la celebración de esa noche al 31 de diciembre, último día del año, y lo hicieron imitando a los burgueses, comiendo uvas y bebiendo vino para evitar este problema.

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Otra versión, citada por , señala que en las últimas décadas del siglo XIX las familias españolas de la aristocracia, influenciadas por los franceses, solían organizar encuentros privados para celebrar el Año Nuevo. En estas reuniones en las que se juntaba la crema y nata se servía champán y uvas, pero esas últimas sólo tenían como fin acompañar al licor.

De acuerdo con información del portal , otras teorías indican que la costumbre surgió en 1909 a raíz de una cosecha de uvas sin precedentes. Los agricultores habrían optado por repartir la fruta y promocionar su consumo.

En otros países también existen alimentos típicos para dar la bienvenida al nuevo año. En Grecia suelen cocinar un pastel llamado Vassilopitta en cuyo interior se coloca una moneda de oro o de plata. El que encuentre la moneda en su plato será la persona con más buena suerte en el año que se avecina.

En Italia y algunos países sudamericanos es tradición comer un plato de lentejas tras las campanadas de media noche para atraer la prosperidad y la fortuna en el año entrante.

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