A veces lo único que necesitas es un abrazo para mejorar aunque sea un poquito el día. O, simplemente, tienes ganas de que alguien te apapache porque sí. Si te preguntas ¿quién está dispuesto a esto? La respuesta automática es: tu perro. Puedes contar con que él te quiera dar miles de abrazos y besos cada vez que lo necesites. Porque si tú estás feliz, él también.
8. La combinación perfecta entre un hijo y un peluche.
Tal vez las hormonas de la edad ya empezaron a perseguirte, pero por una u otra razón aún no te sientes lista/o para tener hijos. Sin embargo, tienes a tu perro que, aunque no lo creas, te hace sentir casi como si tuvieras un bebé, pero tan peludo y abrazable como un peluche. Digamos que es un poco más fácil cuidar a un perro que a un niño, así que hasta que no estés lista/o, puedes sentirte feliz de que tienes un perrhijo.
7. No es necesario discutir.
A pesar de que a veces hay algunos malentendidos, la realidad es que no hay discusión alguna. Los perros no buscan tener la razón todo el tiempo como lo hacemos los humanos, si sabes manejar tu papel de líder de la manada correctamente, él nunca te llevará la contra.
6. Es el amigo que siempre te escucha.
Nadie sabe escuchar mejor sobre tus nuevas experiencias, alegrías y tristezas que tu perro. Además de que platicar con él mientras lo acaricias ayuda a que liberes el estrés y que te sientas más tranquilo. No hay nada más terapéutico que hablar con tu querido psicólogo de cuatro patas.
5. Te protege 24 horas, 7 días de la semana.
Estarás de acuerdo en que desde que tienes perro te sientes más seguro/a. Salir a pasear no es lo mismo si vas junto con él, o esos largos trayectos en carretera se vuelven más ameno si llevas a tu perro contigo. Todo esto gracias a que sabes que ante cualquier imprevisto, él siempre estará alerta y te hará saber si hay algún problema.
4. Es tu gran admirador.
Todos necesitamos un empujón de autoestima de vez en cuando y quién mejor para dártelo que tu perro. Él es tu más grande admirador y se encarga de demostrártelo todos los días. No hay cosa -por más idiota que hagas- que tu perro no te la celebre con una movida de cola. Junto a él siempre tendrás un público agradecido.
3. Te acepta tal y como eres.
A diferencia de los humanos, los perros no juzgan a los demás. A ellos no les importa si eres gordo o flaco, alto o chaparro, lo único que quieren es tu cariño y compañía. Si alguna vez pensaste que nadie te podría quererte tanto con tus defectos como con tus virtudes, pues estás muy equivocado porque tu perro te acepta tal y como eres.
2. Tienes más amigos.
Seguramente gracias a él sales más a pasear y, además de que te ejercitas de vez en cuando, conoces a otros dueños de perros. No te sorprendas si tu siguiente novia o novio lo encuentras gracias a que tu perro te lo presentó en el parque.
1. Amor incondicional.
Nadie, nadie, naaadie te ama más que tu perro. Eres la razón por la que se levanta feliz de la cama para despertarte o por la que puede esperar horas viendo a la ventana para recibirte cuando llegas de trabajar. Es por todas las razones que ya dijimos, y, por lo mucho que él te quiere, que tú no puedes evitar amarlo a él.
¿Qué tanto quieres a tu perro?
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