Por: Yuriria Trejo
Nadie nos enseñó a manejar nuestras emociones. La forma en que reaccionamos ante ellas, es aprendida de lo que vimos o vivimos en nuestra casa o en nuestra familia. Constantemente reproducimos formas y caminos conocidos, que inclusive no nos gustan, pero nos es muy difícil transitar a nuevas formas para expresar lo que sentimos.
Desafortunadamente, los sistemas educativos en general tampoco están orientados a darnos información y conocimiento en educación emocional, lo que convierte a la mayoría de nosotros en “analfabetas emocionales” y susceptibles a tantos males que aquejan al mundo actual como: depresión, estrés, adicciones, violencia, codependencia, falta de motivación en la vida o en el trabajo.
Sin embargo, nunca es tarde para tomar el volante de tus emociones, y aumentar tu inteligencia emocional, aquí te señalamos 10 puntos básicos que puedes aplicar:
1. Conecta con tu cuerpo e identifica tus emociones. Déjate sentir lo que sientes. Para poder cambiar o manejar tus emociones, necesitas conocerlas. Ante una situación…detente a revisar qué pasa en tu cuerpo, dónde y cómo sientes lo que sientes…No hay emoción que no pase por nuestro cuerpo.
2. Dale voz y nombre a lo que sientes. ¿Ya las identificaste? Ahora nómbralas. Este paso es muy importante para poder ayudarte a esclarecer y tomar conciencia de lo que te sucede. Si no podemos poner en palabras y expresar nuestro miedo, ira, tristeza, celos, amor, alegría, ansiedad, etc., no podemos tomar conciencia de ellos, y por consiguiente, nos vemos imposibilitados a manejarlos.
3. Cada emoción tiene un mensaje exclusivo para ti: atiéndelo. Cada emoción tiene una razón de ser, inclusive emociones no placenteras son un campo fértil de información exclusivo para ti, que está esperando ser descifrado. ¿Estás atendiendo los mensajes de tus emociones?, para descifrarlos, hay que escucharlos, expresarlos y atenderlos. No hacerlo es causa de muchas aflicciones, e inclusive, de aparición de diversas sintomatologías y enfermedades.
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4. Tus pensamientos producen emociones: cuídalos. Si piensas en cosas negativas, tu cuerpo recibe esa energía. Trabaja en tener pensamientos positivos. Si dejas que tu mente se ancle en pensamientos negativos, tendrás emociones negativas, ¡aprende a dirigir tu mente!.
5. Vive aquí y ahora. Es importante que estés en tiempo presente, que revises tu respiración…cuántos de nosotros estamos pendientes de cómo respiramos, de poner atención a la persona que tenemos enfrente, en vez de estar ansiosos de quién nos mandó el último mensaje de Whatsapp, de subir la fotografía de la comida a Facebook, en vez de convivir plenamente, disfrutar la comida, de saborear el café que nos tomamos esta mañana. Vivir en automático, futureando o anclados en el pasado, no nos permite estar en tiempo presente y disfrutar la vida aquí y ahora. Retoma un principio budista: Sólo aquí, sólo ahora, sólo esto.
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6. Sé responsable de lo que haces con tus emociones. No siempre podemos manejar lo que sentimos, pero sí somos absolutamente responsables de lo que hacemos con lo que sentimos. En terapia, escuchamos con frecuencia: “es que yo reaccioné así porque él o ella me dijo”…pero ojo, las reacciones que tenemos producto de nuestras emociones son 100% nuestra responsabilidad, y empezar a hacerse cargo de ellas, en vez de culpar a otros es algo sumamente importante para nuestro bienestar emocional.
7. Trabaja en tu empatía. La empatía es la clave del humanismo, el poder ponernos en el lugar del otro nos permite no transgredir a los demás. No se puede practicar la empatía si no identificamos nuestras propias emociones. Trabajar la empatía nos permite vincularnos con los demás, poder comunicarnos mejor con otras personas. La vida es más que tu propia burbuja. Si no te importa el bienestar de tu vecino, de tu colega, de los demás… ¿cómo puedes esperar que los demás se interesen por tu bienestar?
8. Identifica tus fortalezas y debilidades…y revísalas con alguien en quien confíes plenamente. Trata de hacer una valoración de tus fortalezas y tus debilidades, de aceptarlas y trabajar con ellas. Sé honesto. No puedes contar con inteligencia emocional, si no tienes un fuerte autoconocimiento. Cuando tengas esta información, revísala con gente que te conozca…las personas que están cerca de ti ¿comparten tu punto de vista?, probablemente estás siendo generoso con tu punto de vista, o quizás muy castigador. Revisa y analiza las veces que sea necesario esta información, sé un investigador de ti mismo. Vivimos constantemente analizando a los demás y siendo ciegos de nuestros comportamientos.
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9. Sé auténtico. ¿Cuántas veces intentas ser o aparentar algo que no eres? A veces por miedo a que la gente no te acepte tal cual eres… no te preocupes si no te aceptan esas personas a las cuales quieres hoy agradar, habrá otras que sí te acepten y te valoren tal cual cómo eres tú. Date la oportunidad y seguramente viajarás más ligero por la vida. Las máscaras y los disfraces se vuelven muy pesados a lo largo del camino. ¡Deshazte de ellos!, aprende a conocerte y aceptarte cómo eres tú ya que sólo así la gente a tu alrededor–la que verdaderamente importa y a quien le importas - te aceptará.
10. Ten gratitud ante la vida.
Agradece. Está comprobado que la personas que agradecen son más felices. Da las gracias a las personas que te ayudan en tareas diarias, da gracias porque tenemos la oportunidad de estar vivos, tenemos conciencia, y tenemos en todo momento la oportunidad de ser y hacer mejores versiones de nosotros mismos.
Finalmente, no olvides que eres artífice y responsable de lo que haces con tus emociones. Toma cartas en el asunto y así como una persona va al gimnasio o se pone a dieta para mejorar su salud y/o figura, toma acciones para mejorar tu salud emocional. Lo más importante, es que la inteligencia emocional, se puede desarrollary mejorar. Sólo necesitas voluntad, entrenamiento, y trabajo. No sólo te sentirás mucho mejor contigo mismo, sino también serás capaz de tener relaciones más auténticas, duraderas y armoniosas con la gente que te rodea. ¡Vale la pena intentarlo!
Por: Yuriria Trejo, Psicóloga, Psicoterapeuta Gestalt, Consultora y capacitadora en temas de Desarrollo Humano.