De acuerdo con la (Encevi) elaborada por el INEGI, en México el 99% de los hogares cuentan con acceso a energía eléctrica. El uso de esta energía es indispensable para casi todas las tareas de hoy en día, incluyendo los quehaceres del hogar, el estudio y el trabajo.

No existen cifras exactas del consumo promedio de energía en los hogares mexicanos, debido a que éste puede variar dependiendo de los ingresos de cada familia y las actividades que desempeñan las personas. Sin embargo, es un hecho que el uso de energía representa un gasto económico periódico y un impacto ambiental directo por cada actividad en la que utilizamos la energía.

La reducción y el uso eficiente de la electricidad en casa puede ayudar a disminuir el costo del recibo de la luz en un porcentaje variable, dependiendo de la región y el clima en donde vivan las personas. Para ayudarte a crear buenos hábitos de consumo. , plataforma de contratación de oficios y servicios, enlista 10 consejos para ayudarte a ahorrar electricidad en el hogar de forma sencilla.

1. Revisa la instalación eléctrica

Probablemente sea el punto más importante de todos. Las fugas de electricidad son bastante comunes, y la gente suele no conocer de ellas ni qué las ocasiona, hasta que llega el recibo y ven un cobro excesivo. Lo mejor es contratar a un experto en electricidad que revise tu instalación y se asegure de que no existen fugas, además de que realice el mantenimiento necesario.

2. Desconecta los aparatos que no utilices

Una costumbre muy común es dejar los aparatos conectados a la corriente a pesar de estar apagados. A pesar de no estar activos, dejarlos enchufados consume energía de forma constante y silenciosa que se ve reflejada en el recibo mensual. Los segundos adicionales que toma conectarlos y desconectarlos cuando no se van a usar pueden salir muy caros, así que toma medidas al respecto.

3. Usa los calefactores de forma responsable

Aunque en el centro y sur del país no es tan común, los estados del norte gastan bastante en calefactores y aire acondicionado debido a sus temperaturas extremas. Para optimizar su uso, asegúrate de mantener el termostato en buen estado y regulado, cerrar las puertas y ventanas al usarlos para evitar fugas de calor. Revisa también que no haya muebles obstruyendo su difusión, y llama a un experto para revisarlos y darles mantenimiento al comienzo de las temporadas de calor o frío más fuertes del año.

4. Utiliza los electrodomésticos adecuadamente

En los años 80 y hasta los 90, era común que la gente dejara conectado el microondas todo el día para ver la hora en sudisplay. Seamos realistas: hoy en día ya nadie necesita consultar la hora en él, o en cualquier otro electrodoméstico del hogar. No sólo debes desconectar los aparatos mientras no los uses, sino que debes prestar atención al uso que les das: mucha gente enciende el televisor para “hacer ruido”, pero sin verlo realmente; o bien, dejan enchufado el cargador de su celular todo el día “por si lo necesitan”. Elimina estos hábitos y verás el resultado reflejado en tu bolsillo.

5. Dale mantenimiento periódico a la instalación

Además de hacer una primera revisión para detectar fugas de energía, es recomendable mantener una revisión constante de la instalación eléctrica, sobre todo en casas antiguas, para poder hacer reparaciones antes de que se conviertan en un problema mayor. En el caso de instalaciones muy viejas, es buena idea valorar si se requiere hacer un cambio completo del cableado para mejorar la eficiencia de la energía eléctrica.

6. Cambia los focos viejos

Los focos ahorradores han dejado de ser un lujo hoy en día, pues su precio ya es muy amigable y pueden ayudar a reducir el consumo de electricidad hasta en un 80%. Yendo más allá, incluso se pueden conseguir focos LED que, si bien son un poco más caros, son todavía más eficientes que los focos ahorradores de luz blanca y tienen una vida útil de hasta 20 años. A largo plazo, la inversión realizada en iluminación es mucho muy rentable.

7. No cargues tus aparatos por la noche

A menos que la batería de tu celular se haya agotado por completo, evita dejar éste o cualquier otro gadget conectado a su cargador toda la noche. Además de reducir la vida útil de su batería y desgastar el centro de carga, se consume mucha energía que no se aprovecha de ninguna forma, pues los aparatos en modo de espera consumen la menor cantidad posible de energía. Aprende a administrar el tiempo de carga de tus aparatos y ahorrarás un buen dinero.

8. Evita el uso de la secadora y lavavajillas

La secadora de ropa es uno de los electrodomésticos que más electricidad consumen, y es uno de los menos necesarios también. A menos que se trate de una verdadera emergencia, es preferible que aproveches los días soleados para lavar la ropa y la dejes secar al sol. De igual forma, los lavavajillas gastan una gran cantidad de electricidad en el calentar el agua, que se puede ahorrar si después de cada comida se lavan los platos a mano y con agua fría en lugar de dejarlos acumularse por varios días.

9. Renueva los electrodomésticos

Los aparatos viejos son más ineficientes que los nuevos, sobre todo aquéllos que desprenden calor al usarse, como el microondas, la plancha, el refrigerador y la lavadora. Evalúa cuáles son los más importantes y que más usas en el día a día para conseguir un modelo más reciente. Al comprar un nuevo aparato, revisa que cuente con la etiqueta de eficiencia energética NOM-ENER, para asegurarte que estás comprando una opción para ayudarte a reducir el consumo de electricidad.

10. Ubica los aparatos eléctricos en un lugar adecuado

Los refrigeradores, microondas, lavadoras y secadoras, entre otros, son aparatos que ven afectado su rendimiento dependiendo del lugar en que los colocas. Si están cerca de una fuente de calor, como la cocina o el sol directo, consumirán mucha energía debido a que su funcionamiento se entorpece. Revisa que además tengan suficiente espacio para ventilarse, debido a que pueden calentarse y averiarse con su propio calor.

Siguiendo estos consejos comenzarás a notar la diferencia en los recibos de luz. Además de reducir tus gastos corrientes, contribuirás a que la energía se aproveche mejor y se reduzca la contaminación generada en su producción, por lo que se convierte en una ganancia para todos.

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