Su voz iluminaba el lugar en el que se paraba, pero en los últimos años de su carrera vivió momentos incómodos y particularmente difíciles, que ocuparon las principales portadas de las publicaciones sensacionalistas.
Whitney Elizabeth Houston nació en 9 de agosto de 1963 en Newark, Los Ángeles, en Estados Unidos. Pero contaba con unos genes musicales inusuales, ya que era hija de una cantante de gospel Cissy Houston y ahijada de la legendaria Aretha Franklin.
Desde los 5 años de edad, entonaba canciones de gospel en una iglesia cristiana, y pasó su niñez haciendo segundas voces para varias artistas, entre ellas, su madre. El dueño de Arista Records, Clive Davis se interesó en ella, y con tan solo 19 años, ya era considerada una reconocida cantante.
Su disco Whitney Houston fue lanzado en 1985 y se convirtió en el más vendido de una artista debutante. Dos años después sacó un nuevo álbum, Whitney, que contenía canciones como "Where Do Broken Hearts Go" y "I Wanna Dance With Somebody".
Al final de la década de los 80 ya era una de las cantantes de soul más exitosas; había vendido para ese entonces 100 millones de discos en todo el mundo. Ésto hizo posible su llegada a la pantalla grande. En 1992 protagonizó El Guardaespaldas, al lado de Kevin Costner, donde hizo mundialmente famosa la canción "I Will Always Love You", un cover de Dolly Parton.
El ocaso de una superestrella
El éxito alcanzado con la cinta hizo que surgieran rumores sobre su comportamiento, decían que se le habían subido los humos y que era difícil trabajar con ella. Houston volvió al cine en 1995 y 1996 con Waiting to Exhale y The Preacher's Wife, dos largometrajes cuyas bandas sonoras también cantó.
Sin embargo, para ese tiempo comenzaron a ventilarse sus problemas con las drogas y su carrera empezó su descenso. Cada vez su comportamiento era más errático y en 1992 se casó con el cantante de hip-hop, Bobby Brown, con el que tuvo una hija, Bobbi Kristina. Pero este matrimonio se convirtió en todo un espectáculo.
De hecho sus adicciones se asociaron con su complicada relación de pareja. La cancelación de actuaciones y su evidente pérdida de peso hicieron que los rumores sobre su dependencia a sustancias tomaran más fuerza.
Su primera confesión pública sobre sus problemas fue en 2002, en una entrevista de televisión con Diane Sawyer. Allí reconoció que el crack era “barato” y que tenía el dinero suficiente para adquirirlo. Tampoco sirvieron de mucho los programas de desintoxicación a los que se sometió. El primero fue en 2004 y solo duró 5 días; en 2005 una recaída la llevó a ser internada nuevamente, ahora por dos meses.
Luego de 14 años de convivencia, en 2006 Whitney se separó de Brown y se divorció un año después. La custodia de Bobbi se le concedió a la cantante. Para el 2009, en el programa de televisión de Oprah Winfrey, la cantante confesó su tormento personal. Indicó que se encontraba recuperada de sus adicciones de marihuana y cocaína, aunque admitió sentir la tentación de volver a consumir.
Ahí, ante las cámaras, también afirmó: "Mi marido era mi droga"; calificó su relación con Brown de "emocionalmente abusiva" y reveló que su separación se produjo entre acusaciones de violencia doméstica.
El infierno del que no pudo salir
La impecable voz de Houston se volvió áspera y ronca. Además, ya no lograba alcanzar esas notas altas por las que se había hecho famosa. En 2009 grabó el disco I Look To You, (el primero desde 2002) que marcaría su regreso a los escenarios, pero su mal momento se evidenció en un concierto en el que estuvo desafinada, haciendo de su gira mundial en 2010, todo un desastre.
En mayo de 2011 volvió a someterse a un tratamiento de desintoxicación, pero se le seguía viendo en fiestas y era fotografiada en muy mal estado.
El 11 de febrero de 2012 se dio a conocer la noticia sobre su trágico final. La reina negra del pop de los 80 y 90 murió a los 48 años de edad. Fue encontrada sin vida en la bañera de su habitación en el hotel Beverly Hilton de Los Ángeles.
Las investigaciones preliminares revelaron que la causa de la muerte fue ahogamiento accidental, pero en su cuerpo había restos de cocaína, marihuana y medicamentos como ansiolíticos y difenhidramina. Posteriormente se determinó que sufrió un paro cardiaco.
Finalmente, ella describió sus momentos tormentosos así: "El gran demonio está en mí. Soy o mi mejor amigo o mi peor enemigo".
Con información de BBC, Discovery y 20 Minutos