Víctor Hugo fue un prolífico escritor, poeta y pintor, además de un romántico apasionado; Juliette Drouet, era una actriz de teatro que decidió vivir a su sombra, convirtiéndose en su amiga y su compañera de vida, pero que estaba destinada a permanecer escondida.
Juliette nació el 10 de abril de 1806 en Fougères, Francia, pero desde los primeros meses de vida quedó huérfana, por lo que tuvo que pasar su infancia en un convento. Al buscar un mejor destino, en la adolescencia se convirtió en modelo y amante del escultor James Pradier, con quien tuvo una hija, Claire, y quien la inmortalizó en la escultura que representa a Estrasburgo en la Plaza de la Concordia.
Cuatro años más tarde Juliette comenzó su carrera de actriz en Bruselas y luego en París. En pleno ascenso, en 1883, cuando interpretaba a la Princesa Negroni en Lucrecia Borgia, conoció al amor de su vida: Víctor Hugo.
Juliette Drouet
Él estaba casado con Adèle Foucher, con la que tuvo cuatro hijos, pero eso no fue impedimento para que a partir de entonces, Juliette consagrará su vida al amor y a las letras, a sus escrituras apasionadas y vibrantes, en reclamo de un espacio en el corazón de un hombre que comenzó a ocupar todos sus pensamientos. Sin falta, se escribían a diario. Una carta en la mañana y otra en la noche.
Él nunca abandonó a su esposa ni renunció a sus amantes ocasionales, pero la historia de amor entre ambos duró toda una vida. Fueron 50 años en los que compartieron su día a día en una extensa correspondencia.
Dicen que si la vida pudiera medirse en cartas, la suya duró 23 mil 650, toda una colección que se conserva en la Bibliothèque Municipale de Fougères, lugar en que nació la musa del escritor.
Entre la noche del 16 y la madrugada del 17 de febrero de 1833, ambos escribieron una página importantísima en su historia: hicieron el amor. Fue una fecha tan memorable para Víctor Hugo, que la inmortalizó en Los Miserables, porque al igual que en la vida real, esa es también la primera noche de Marius y Cosette.
Sí, durante 5 décadas, celebraron su aniversario, como si se tratara de un nacimiento, y así lo expresaba el autor: “El 26 de febrero nací a la vida, el 17 de febrero de 1833 nací a la felicidad entre tus brazos. La primera fecha solo representa la vida, la segunda representa el amor. Amar es más que vivir…”
Ella respondía así: “Te amo porque te amo, te amo porque sería imposible no amarte. Necesito escribírtelo como necesito pensar y respirar. Eres mi vida, mi alegría, mi alma, mi religión”.
De hecho, a punto de cumplir los 80 años de edad, Víctor Hugo rememoró una vez más sus comienzos: “Recuerdo profundo y dulce, noche sagrada. Hace cuarenta y ocho años te entregaste a mí. Te poseí a placer, a ti, la belleza, a ti, la gracia, a ti, la mujer de tu siglo. Que ese día sea grande para siempre, querida mía”.
Víctor Hugo
Pero Juliette no fue solamente una musa, sino que además copió toda su obra, lo acompañó a sus viajes y fue su compañera total en el exilio. Ella murió el 11 de mayo de 1883 y él el 22 de mayo de 1885, pero se dice que estaban juntos desde el deceso de Adele (1868).
Habían cumplido el pacto matrimonial que un día firmaron en secreto. Ella sería para siempre la amante más complaciente, y Víctor Hugo, a pesar de sus vaivenes amorosos, no la abandonaría jamás.
Juliette y Víctor Hugo
Con información de El Mundo, Libropatas y Faustotriana.com.