Hay papeles especiales en la carrera de cada actor y para Shelley Duvall su trabajo junto a Stanley Kubrick y Jack Nicholson en El Resplandor, marcaría su vida y casi le costaría su cordura.

La actriz nacida el 7 de julio de 1949 en Fort Worth, Texas, llegó al mundo del espectáculo por casualidad, ya que tenía planes para ser científica. Sin embargo, un encuentro con el director Robert Altman y el actor Bert Remsen, amigos de su entonces esposo, Bernard Sampson, cambió su vida.

Bert invitó a Shelley a participar en sus películas. Duvall participó con el director en en Brewster McCloud (1970), McCabe & Mrs. Miller (1971) y Thieves Like Us (1974) y Nashville (1975).

Además tuvo un papel menor en Annie Hall (1977) de Woody Allen y fue presentadora en Saturday Night Live. Su carrera iba en ascenso y logró protagonizar el thriller 3 Women, con el que ganó un premio a Mejor Actriz en el Festival de Cannes.

Luego de esa buena racha, Duvall fue escogida por Stanley Kubrick para la adaptación de la novela de Stephen King, The Shining.

Shelley Duvall y el tormento que vivió al filmar “El Resplandor”
Shelley Duvall y el tormento que vivió al filmar “El Resplandor”

Foto: Warner Bros

En te contamos todo acerca del difícil trabajo detrás de cámara que Shelley Duvall vivió durante la filmación de The Shining, en el cumpleaños #71 de la actriz.

En la cinta, Shelley dio vida a Wendy Torrance, la esposa de Jack Torrance (Jack Nicholson) y madre de Danny (Danny Lloyd). La vida de Wendy y Dany se ve transtornada cuando Jack pierde la razón luego de meses encerrados en un hotel aislado.

El principal trabajo de Shelley era lucir aterrada durante la cinta. Para lograrlo, Kubrick se empeñó en ser especialmente estricto con la actriz, aislándola del resto del elenco.

El realizador también presionó a Duvall para repetir una y otra vez sus escenas. El momento en el que Wendy huye de su esposo con un bat como única arma fue repetido ante la cámara 127 veces, dejando a la actriz con heridas en las manos y garganta y un caso severo de deshidratación.

Incluso Jack Nicholson comentó acerca de la actitud de Kubrick con su colega y reconoció que Duvall tuvo el trabajo más difícil del elenco, ya que el director se transformaba en una persona distinta cuanco trabajaba con Shelley.

Duvall señaló que este rol había sido “el más difícil que he tenido que hacer”. La estrella dijo que durante el rodaje tenía que llorar 12 horas al día, nueve meses seguidos, cinco días a la semana.

Además Kubrick se empeñó en hacer pelear a Duvall y Nicholson, sólo para ponerlos a grabar segundos después. El director modificaba constantemente el guión, lo que mantenía a Shelley en estrés y tensión.

La presión intensa hizo que Shelley perdiera el cabello y que cayera en una espiral depresiva...

Sin embargo, este desgaste emocional también tuvo un efecto de “terapia” para la estrella, que confesó que al regresar a casa se sentía calmada y feliz, aunque durante el día de trabajo hubiera sido miserable.

A pesar de esta dura disciplina, Duvall nunca habló mal de Kubrick. “Tiene una reputación muy mala, pero él era un perfeccionista. Teníamos nuestros momentos donde nos reíamos y bromeábamos en el set, pero había momentos donde discutíamos fuertemente”, dijo la actriz posteriormente.

“Fue una f del infierno, pero él logró lo que quería de mí”, añadió.

La decadencia de Shelley Duvall y la polémica entrevista con el Dr. Phil

Luego de trabajar junto a Robin Williams en Popeye (1980) y aparecer en varios papeles como Manna dfrom Heaven (2002), Shelley fue cayendo en decadencia y dejó de recibir ofertas laborales.

En 2016 Shelley Duvall reapareció en una entrevista para el programa Dr. Phil. Su aspecto, tras una década de anonimato público, despertó controversia debido a que eran evidentes los estragos del tiempo sobre la actriz y su salud deteriorada.

Por momentos la estrella perdía el hilo de la conversación y hacia afirmaciones descabelladas, como que Rob Williams (fallecido en 2014) seguía con vida bajo una nueva apariencia. Duvall también afirmó que había sido absucida por aliens y otros desvaríos.

Lo más triste fue que en cierto punto la actriz misma reconoció sus problemas, diciendo “Estoy enferma. Necesito ayuda”.

“Era una chica bonita, era hermosa”, se lamentó Shelley durante la entrevista. Posteriormente, el segmento fue criticado por explotar la vulnerabilidad de la actriz, quien al final de la grabación se negó a recibir tratamiento psicológico.

Desde entonces, ha evitado llamar la atención y vive en extremo hermetismo.

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