La vida y obra de Elena Garro es sin lugar a dudas fascinante, sin embargo estar casada con Octavio Paz le restó brillo ante los ojos de los lectores e intelectuales mexicanos. No obstante, el talento de la escritora, poetisa y dramaturga es indiscutible y por ello te compartimos estas citas que recopilan su trabajo en el famoso cuento “La culpa es de los tlaxcaltecas”.
En menos de 15 páginas, Elena Garro cuenta una historia que te dejará sin palabras:
“Yo soy como ellos: traidora… –dijo Laura con melancolía”.
“En ese momento me acordé de que cuando un hombre y una mujer se aman y no tienen hijos están condenados a convertirse en uno solo.”
“-Ta vez el indio de Cuitzeo es un brujo.”
Pero la señora Margarita se había vuelto a ella con ojos fulgurantes para contestarle casi a gritos:
-¿Un brujo? ¡Dirás un asesino!”
“Me preguntaba por mi infancia, por mi padre y por mi madre. Pero yo, Nachita, no sabía de cuál infancia, ni de cuál padre, ni de cuál madre quería saber. Por eso le platicaba de la Conquista de México”.
“Por la calzada vacía, se paseaban las horas solas. Como las horas estaba yo: sola en una calzada vacía”.
“Este es el final del hombre –repetí, porque no se me ocurría otro pensamiento”
“No quise ver a las gentes que huían, para no tener la tentación, ni tampoco quise ver a los muertos que flotaban en el agua para no llorar”.
“Nachita limpió la sangre de la ventana y espantó a los coyotes, que entraron en su siglo que acababa de gastarse en ese instante”.
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Elena Garro, la segunda mujer más importante de la literatura mexicana
