Los crímenes reales y la no ficción se ha apoderado de Netflix, que ya nos sorprendió con El estafador de Tinder y No te metas con los gatos: Un asesino en internet, producciones que se volvieron populares por sus crudas historias y calculadores protagonistas que existen en la vida real.
Para continuar con la línea de estas producciones televisivas, este mayo llega a la plataforma de streaming Our father (Nuestro padre), un documental sobre el ginecólogo que embarazó a más de 50 pacientes y no fue castigado.
“El doctor Cline era el mejor en infertilidad en Indianápolis”. “Creo que fue un experimento enfermo para él”. “La mayoría tenemos cabello rubio y ojos azules. Casi como un clan ario perfecto”... Son las declaraciones de los hijos de Donald Cline, un médico que inseminó a múltiples mujeres sin su permiso, creando en un radio de 40 kilómetros un rastro de más de 80 hermanastros, que ahora solo esperan no haber estado íntimamente entre ellos.
El descubrimiento comenzó después de que varias mujeres comenzaron a comprobar sus ADN en sitios webs como MyHeritage o Ancestry, lo que las llevó a conocer la verdad sobre su origen.
Foto: Blumhouse Television
El documental Our Father se estrena el 11 de mayo en la plataforma de streaming Netflix; estuvo bajo la dirección de Lucie Jourdan, quien tardó cuatro años en acabar el documental.
En el año 1979, el religioso y médico Donald Cline abrió su clínica de fertilidad en Indianápolis, Estados Unidos, con el objetivo de ayudar a las parejas que no podían concebir.
En ese entonces no había bancos de esperma y los donantes eran escasos. Como respuesta, Cline decidió masturbarse en su clínica para utilizar su semen en las mujeres que iban a su clínica, engendrando casi 100 hijos, según el último recuento.
Foto: Blumhouse Television
Por día, inseminaba hasta cinco mujeres en su consultorio, que era popular por usar esperma fresco y no congelado, que él recomendaba como lo mejor.
Al pasar el tiempo, se jubiló y siguió viviendo normal, creyendo que nadie se daría cuenta de lo que había hecho. Hasta 2014, cuando Jacoba Ballard, sabiendo que había sido concebida por inseminación artificial, buscó su origen y encontró una mujer muy parecida a ella: era su hermanastra.
Al momento de que el caso se hizo más grande, Donald aceptó a la primera su delito y preguntó a sus hijos sobre sus vidas, para después comenzar a recitar versos de la Biblia. Como castigo solo fue multado con 500 dólares, un año de libertad condicional y perdió su licencia médica ya retirado. Pero a pesar de estas “penas” aún queda una pregunta por resolver: ¿por qué lo hizo?
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