Napoleón Bonaparte nació el 15 de agosto de 1769 en Ajaccio, la capital de lo que hoy es Córcega, en una familia de ocho hermanos. En la casa de Napolione, como le llamaban en italiano, siempre hubo agobios económicos causados por los tanteos en la abogacía de su padre Carlos María, en contraste con la personalidad arrolladora y ardiente de su madre, María Leticia.
El pequeño Napoleón era adepto a las matemáticas e incluso, dijo años después, que éstas eran una segunda naturaleza en él, pues hicieron de él un experto estratega militar y sobre todo, hicieron fácil su ingreso a la Escuela Militar de Brienne, de la cual salió a los 17 años como subteniente.
De acuerdo con información de napoleon.org, luego de la muerte de su padre participó en combates militares en Córcega, Auxonne y París, durante la etapa más complicada de la Revolución Francesa. En 1793, luego de la sublevación contrarrevolucionaria apoyada por los ingleses, Napoleón fue ascendido a general de brigada, primero en Italia y luego en París. Fue en ese momento cuando conoció a la que sería su esposa, Josefina Tascher de la Pagerie, a quien el general amó apasionadamente, a pesar de que la mujer era viuda, tenía dos hijos y era cinco años mayor que él.
Unos días antes de viajar a Barras en 1796, uno de los frentes más desasistidos de Italia, se casó con Josefina, quien desde el inicio le provocó una pasión llena de celos por la reputación que tenía la dama, así lo informa el portal history.com
A sus 27 años, ya se desarrollaba como una máquina bélica que repelía a los austriacos. Sus estrategias militares se convertían en materias obligadas en las escuelas militares; Víctor Hugo, en Los Miserables, relata cómo Napoleón usaba la artillería a la manera de una pistola que dirigía a la cara de su enemigo.
En 1799 apoyó el golpe de estado parlamentario de Sièyes y Ducos, y manejó a su favor las circunstancias para ser nombrado, en medio de una gran controversia, Primer Cónsul de la República Francesa. A partir de entonces, impulsó la creación de importantes instituciones francesas, como la proclamación de la Constitución, el Consejo de Estado, el Senado, el Banco de Francia, entre otras. El 14 de junio de 1800 obtuvo una de las victorias más importantes en su carrera militar en Marengo, incluso algunos autores se refieren a él como “El Héroe de Marengo”.
En 1804, luego de conspiraciones y atentados en su contra, fue proclamado Emperador de Francia e instaló un gobierno provisional, donde comenzó a ejercer el poder desmedido y cuya obra se resume en la fuerza del trabajo “Si hubiera dispuesto de tiempo, muy pronto hubiese formado un solo pueblo, y cada uno, al viajar por todas partes, siempre se habría hallado en su patria común”, así lo señala el sitio biografiasyvidas.com
Así vivió sus años de esplendor, hasta 1814, cuando fue obligado a abdicar y finalmente exiliado a la Isla de Elba, de donde regresaría para hacer más grande su mito; hay interesantes reseñas de los periódicos de la época, que lo llamaron el Monstruo, el Tirano y mientras se iba acercando a París cambiaban el tono y le llamaban Napoleón, y finalmente El Emperador.
Después del periodo que se le conoce como “Los cien días”, fue derrotado en Waterloo, la descripción que hace Víctor Hugo en Los Miserables es un gran referente, se entregó a los ingleses, que le deportaron a un perdido islote africano, Santa Elena, donde sucumbió lentamente a las iniquidades de un tétrico carcelero, Hudson Lowe. Murió el 5 de mayo de 1821.
Era conocido por sus frases, por lo cual en De10.mx te presentamos un recuento de las más importantes…
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