Michael Jeffrey Jordan es sin duda el máximo exponente del baloncesto en la NBA y el mundo. Nació el 17 de febrero de 1963 en el barrio neoyorquino de Brooklyn. Es el cuarto hijo del matrimonio entre James y Deloris Jordan. Desde niño, tuvo claro el deporte en el que demostraría su talento y por eso, su padre le construyó una cancha de básquetbol en la parte trasera de su casa, donde sus vecinos se maravillaban con sus grandes jugadas.
En 1984, formó parte del equipo que representó a Estados Unidos en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles, con el cual ganó la medalla de oro, hecho que lo llevó ese mismo año a ser contratado por los Chicago Bulls.
A un año de su debut en la NBA fue galardonado como Novato del Año, consiguió cinco premios como Jugador Más Valioso y logró seis títulos de campeón con su escuadra.
Michael tuvo una gran racha con registros sobresalientes. Es el único, junto a Wilt Chamberlain, en anotar mas de 3 mil puntos en una misma temporada. De hecho, en la correspondiente al 90-91, su equipo consiguió su primer anillo de la NBA ante los Lakers de Magic Johnson.
James, su padre era un hombre adicto al juego y fue asesinado en 1993. Este ha sido uno de los golpes más tristes de su vida, hecho que lo devastó y lo sumió en una profunda depresión, pues ese hombre había sido su más grande apoyo.
La estrella tenía 30 años de edad y, sorprendiendo a propios y extraños anunció su retiro del baloncesto. Sin embargo, no abandonó el deporte al 100%, ya que ese mismo año anunció su ingreso a la Liga de Beisbol, cumpliendo así un viejo deseo de su padre. Jugó para los White Sox de Chicago y luego con su filial de las ligas menores, los Birmingham Barons.
El misterioso asesinato del padre de Michael Jordan
“I'm back (He vuelto)”, con estas palabras, el astro de la duela anunció su regreso el 18 de marzo de 1995. A tan solo 10 días de su retorno le anotó 55 puntos a los Knicks, pero no pudo evitar que su equipo fuera eliminado por Orlando Magic en las finales de Conferencia y se llegó a dudar que fuese el mismo jugador de antes.
Pero Jordan se preparó para lo que sería la antesala de uno de los mejores años de su equipo en la historia de las ligas profesionales americanas. Volvió a su mejor nivel y condujo a los Bulls a la conquista de otros tres campeonatos consecutivos ante los Seatle Supersonics de Gary Payton y Shawn Kemp, y ante los Utah Jazz de Karl Malone y John Stockton, en dos ocasiones.
La jugada del sexto partido ante Utah es una de las más recordadas de su carrera; Michael dejó sentado a su defensor y anotó desde seis metros la canasta del 86-87 que le dio su sexto anillo de la NBA. Esa sería su última anotación con la camiseta de los Chicago Bulls. Entre lágrimas, el 13 de enero de 1999, a los 36 años de edad, anunció nuevamente su retiro. Según sus palabras, para dedicarle más tiempo a sus hijos y ser un buen padre.
Regresó a la NBA un año después, pero como accionista y director de operaciones de los Washington Wizards, pero él no nació para estar detrás de un escritorio, así que en 2001 anunció su regreso, precisamente en las filas de este equipo y donando su sueldo a las víctimas de los atentados terroristas del 11 de septiembre.
En la temporada 2002-03, la última que disputaría, fue realmente espectacular. A sus 40 años, aún era un anotador espectacular, pero tras casi 20 años de carrera, Jordan dijo adiós al baloncesto, y esta vez era para siempre. En su último partido en Chicago, el público del United Center le dio una ovación tan grande que el propio jugador tuvo que interrumpirla, dando un discurso improvisado.
Michael comenzó a jugar uno de los deportes que más disfrutaba: el golf. Tanta era su pasión, que se le vio en muchos torneos de caridad y sus colegas lo aceptaron con los brazos abiertos por la leyenda que representaba y porque es bastante bueno.
Fuera del deporte, tiene una cadena de restaurantes llamada “The Michael Jordan’s Steak House”. El público acude ahí con la esperanza de que algún día la ex estrella de la NBA se aparezca por ahí.
La principal fuente de ingreso de Jordan sigue siendo la marca de zapatos que Nike comercializa con su nombre. La venta de estos modelos ha crecido de manera tal, que ya cuenta con una penetración en el mercado del 64%, superando a los zapatos que la misma Nike vende con su propio nombre.
También es dueño de los Charlotte Hornets de la liga profesional de baloncesto de Estados Unidos. una figura reconocida alrededor del mundo por los grandes momentos que nos entregó en las canchas. Fuera de éstas, dicen que es una gran persona, con una humildad y un corazón que sorprenden, ayudando a quienes más lo necesitan.
Con información de Mundo Deportivo, Pelota Pimienta, Guioteca y Telesur
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