Hay directores que se especializan en cierto género hasta convertirlo en un arte. Este es el caso de Martin Scorsese y las películas sobre el mundo de la mafia, pero ¿de dónde nació esta complicada relación entre el realizador y el crimen?
The Irishman (El irlandés), una carta de amor al crimen
En el cumpleaños #77 de Martin Scorsese, te contamos las motivaciones detrás de sus cinta sobra gángsters. El tema nunca había sido tan discutido como ahora, con The Irishman (El Irlandés) a punto de estrenarse el 27 de noviembre en Netflix.
La más reciente cinta de Scorsese ha sido calificada como el final del género de mafiosos como lo conocemos. La historia está basada en la vida del gángster Frank Sheeran y abarca unos 60 años de su vida, con versiones rejuvenecidas de Robert De Niro, Harvey Keitel, Joe Pesci y Al Pacino en papeles claves de la trama.
Foto: Fábrica de Cine
Sin embargo, la obsesión de Scorsese por la mafia viene de su niñez, cuando creció en la “Pequeña Italia” de Nueva York. El director recuerda que en 1948, cuando su familia obtuvo su primera televisión, se dio cuenta que los personajes que aparecían en los programas eran muy distintos a su realidad.
“Nos preguntamos, ¿Quiénes son estas personas? ¿Por qué nos están hablando? ¿Qué quieren que pensemos? Eso no es América. Esta es América. La pequeña Italia es América '', recuerda.
La colaboración entre Scorsese y la mafia
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Aunque tuvo una infancia normal, Scorsese recuerda que sus amigos siempre estuvieron muy consientes del mundo criminal que los rodeaba. Aunque no se vio involucrado personalmente en la mafia, el realizador recuerda que algunas veces los dueños de los clubs salían a correrlos a él y sus amigos cuando jugaban en la calle.
En Mean Streets (Calles peligrosas, 1973), Scorsese dejó plasmado el mundo de la "Pequeña Italia", con la historia de jóvenes que ingresan al crimen organizado. El director basó el personaje de Johnny Boy, interpretado por Robert De Niro en su tío, Joe Scorsese, que siempre tuvo problemas con la ley.
Foto: Warner Bros
Una de las cintas más famosas de Scorsese sobre el crimen es Goodfellas (Buenos muchachos, 1990). Esta historia está basada en la vida de Henry Hill un hombre común que se convirtió en pieza clave de un sindicato de la mafia.
De acuerdo con el guionista de la cinta, Nicholas Pileggi, algunos mafiosos fueron contratados como extras para darle más autenticidad a las escenas. Los criminales dieron datos falsos a los estudios Warner Brothers y nadie sabe cómo fue que recibieron el pago por su trabajo en pantalla.
Otra leyenda de este rodaje es que el verdadero capo Jimmy Burke estaba tan feliz de que Robert De Niro lo interpretara, que lo llamó para darle algunos consejos. Esta historia ha sido negada por Pileggi, pero el guionista admitió que varias personas en el set conocían a los mafiosos bastante bien.
Foto: Universal Pictures
Para Casino (1995), una historia sobre la rivalidad entre un mafioso y el dueño de un casino, Martin Scorsese contrató a criminales reales en libertad condicional como asesores. También empleó como consejeros a agentes del FBI verdaderos.
A pesar de que el tema de estas cintas es el crimen, para Scorsese, The Irishman es una película distinta a las demás en su trayectoria. “Es más sobre ver atrás, una retrospectiva, por así decirlo, de la vida de un hombre y las elecciones que ha tenido que hacer”, dijo el director.
Con información de The New York Times e IMDb
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