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Mark Twain, el escritor que inventó el broche del sostén

El autor de “Las aventuras de Tom Sawyer” quería deshacerse de los tirantes en la ropa masculina ¡No tenía ni idea del uso que su creación tendría!

Foto: Wikicommons
02/08/2019 |07:00carolina.mejia |

Cada mañana, cuando las mujeres de todo el mundo se arreglan, nunca piensan en Mark Twain. Este escritor es mejor conocido por ser el autor de la novela clásica Las aventuras de Huckleberry Finn, pero también fue el hombre detrás de un detalle que nos ha complicado la vida en más de una ocasión: el broche del sostén.

Además de tener una pasión por la literatura, Mark Twain era un entusiasta de la tecnología y fue uno de los primeros en adquirir una máquina de escribir. En su tiempo libre, se dedicaba a planear y patentar sus propios inventos, en campos muy diversos.

Mark Twain, el escritor que inventó el broche del sostén

Mark Twain en el laboratorio de otro famoso inventor, Nikola Tesla (Foto: Wikicommons)

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En 1871, Mark Twain un invento sencillo, pero con grandes repercusiones. Oficialmente se llamó “Una mejora en los tirantes ajustables y re movibles de las prendas”, pero nosotros lo conocemos como el broche que ajusta el brasier.

En realidad, el escritor no planeaba usar este dispositivo en la ropa íntima femenina. Su idea era simplificar o deshacerse de los molestos tirantes masculinos, ya que los consideraba muy incómodos.

Mark Twain, el escritor que inventó el broche del sostén

Este era el diseño original presentado por el escritor. (Foto: )

El escritor patentó el inventó bajo su nombre real, Samuel L. Clemens. Su propósito era usar ese cierre para ajustar las camisas en la parte de la cintura. Con el tiempo, se comenzó a implementar también en los corsets femeninos.

Este no fue el último invento creado por el escritor. En 1973, registró un sistema con papel adhesivo para simplificar la creación de álbumes, una de sus pasiones. En 1885, obtuvo su última patente, gracias a un juego de mesa educativo.

En realidad, Mark Twain tenía opiniones encontradas sobre los inventores. En una carta escrita a su amiga Helen Keller en 1903, expresó: “Se necesitan mil hombres para inventar un telégrafo, una máquina de vapor, un fonógrafo, un teléfono o cualquier otra cosa importante "

“El último hombre recibe el crédito y nos olvidamos de los demás”, se quejaba el escritor en su carta.

Con información de y

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