Top 10

Los rostros detrás de los atentados más sangrientos del 2016

El asesino del embajador ruso en Turquía, acto que para muchos podría desencadenar nuevos ataques intervencionistas, era policía y había estudiado en las mejores escuelas de su nación

28/12/2016 |06:00estephanie.gutierrez |

La guerra de Siria, la crisis de refugiados, el crecimiento del poder de Rusia en manos de Vladimir Putin, la influencia de Barack Obama, los restos de la Primavera Árabe, pero sobre todo la potencia sanguinaria de ISIS y el Estado Islámico han causado decenas de miles de muertos en este 2016.

A continuación, en De10.mx te presentamos algunos de los atentados que cimbraron el mundo, enfocándonos en los que han ocurrido en grandes potencias y han llamado la atención mediática, pero no son los únicos, hay naciones donde todos los días se registran estos actos de terrorismo.

La mayoría de los terroristas perecen en los ataques, pues según su concepción de mártires, de acuerdo la acepción del término acuñada por el integrismo: no es mártir el que muere por su fe a manos de otros, sino quien por su propia mano se autoelimina como medio para eliminar de paso a personas inocentes.

Newsletter
Recibe en tu correo las noticias más destacadas para viajar, trabajar y vivir en EU

El 22 de marzo de 2016, un atentado le quitó la vida a más 35 personas. Los hechos tuvieron lugar después de un serie de operaciones policiales en Forest que condujeron al arresto de Salah Abdeslam en Molenbeek, en Bruselas; detenciones hechas tras los actos en París en noviembre de 2015.

Los sospechosos por los ataques son Khalid e Ibrahim El Bakraou, que murieron en los mismo. Eran hermanos, belgas de pasaporte e hijos de inmigrante de origen marroquí. Crecieron en el mismo barrio en Laeken, al noreste de Bruselas. Ambos estuvieron en la cárcel, Khalid por el robo de un banco en 2009 e Ibrahim por un asalto a Western Union en 2010.

Fue ahí donde se relacionaron con reclusos fundamentalistas que los convirtieron a una variante del Islam; las laxas leyes belgas permitieron que los hermanos dejaran la cárcel, así Ibrahim viajó a Turquía, donde fue atrapado queriendo unirse al Estado Islámico. Ambos fueron agregados a la organización en su aparato en Bélgica, y probablemente estuvieron involucrados en los atentados de París.

Ibrahim se voló antes de las ocho en el aeropuerto de Zaventem y Khalid en la estación del metro Maabek. Ninguno de los dos parecía ser fiel al califato, pero sirvieron como carne de cañón para sus propósitos.

Los rostros detrás de los atentados más sangrientos del 2016

El 12 de junio de 2016, más de 50 personas fallecieron en un tiroteo ocurrido en el famoso bar gay en Orlando, Florida, Pulse. El atentado fue adjudicado a una facción del Estado Islámico, quien asumió la autoría y a pesar de que se realizó en un sitio para la comunidad homosexual, el FBI asegura que no fue un crimen contra ellos, sino por motivos del califato.

El autor fue Omar Mir Seddique Mateen, que a las 2 de la mañana disparó las primeras balas de un fusil semiautomático SIG Sauer, una pistola Glock de 9 mm y otro aparato, desconocido hasta hoy.

Cuando los policías llegaron al sitio, el atacante siguió disparando y mantuvo rehenes, pero ya había asesinado a una gran parte de los asistentes. Refugiado en el baño, Mateen hizo un juramento de lealtad al EI cuando hablaba con el negociador. Al final de la madrugada, las autoridades entraron y abatieron al atacante.

Omar tenía 29 años y residía en Fort Pierce, a dos horas del sur de Orlando. Había sido investigado en 2013 por comentarios incendiarios a uno de sus compañeros de trabajo, pero sin nada que castigar, la investigación fue cerrada. Para 2014, el FBI lo investigó de nuevo por una posible conexión con el atacante Moner Abu Salha del EI en Siria.

Mateen nació en Nueva York y era hijo de padres afganos. Aunque al principio no se veía una relación con EI, horas después del atentado, la organización se adjudicó la autoría en manos de uno de los soldados de su califato en América.

Los rostros detrás de los atentados más sangrientos del 2016

El 14 de julio de 2016, Mohamed Lahouaiej Bouhlel condujo deliberadamente un autobús de carga de 19 toneladas hacia una multitud que estaba celebrando el Día Nacional de Francia, mató a 85 personas e hirió a 303. Disparó a civiles y policías, hasta que fue abatido por las autoridades. Se cree que el evento fue ejecutado en respuesta a las llamadas del Estado Islámico para atacar a los países que combaten su organización.

La mañana de ese día, el presidente francés, François Hollande estaba a punto de terminar con el estado de emergencia que privó en el país tras los atentados de noviembre pasado. Francia estaba celebrando la Eurocopa de fútbol, por lo que había grandes operativos. La celebración del Día de Francia había lanzado a la calle a miles de ciudadanos para ver los fuegos artificiales de la fuerza aérea.

Durante dos kilómetros, el atacante atropelló a todo el que encontró a su paso, un hombre subió a la cabina del camión para detenerlo, pero no lo logró, hasta que la policía abatió al perpetrador.

Mohamed Lahouaiej Bouhlel tenía 31 años, de nacionalidad tunecina, residía gracias a un permiso para vivir en Niza. Tenía tres hijos y era divorciado, sus padres vive en Túnez y no habían tenido contacto con él desde que se mudó al país en 2005, su padre aseguró que había estado bajo tratamiento psiquiátrico antes de irse de su país. Estaba registrado por la policía francesa por cinco delitos, robos pequeños y algunos alborotos de violencia, pero no se sabía que tuviera contacto con organizaciones terroristas.

Los vecinos del atacante aseguraron que no parecía tener vínculos con la religión, pues comía cerdo, tomaba alcohol y gustaba de salir con prostitutas, pero la policía cree que la radicalización fue rápida.

La planeación del atentado fue muy cuidadosa, 10 días antes, el hombre había rentado el camión; tres días antes del ataque había revisado el lugar por donde pasaría. Justo el día 13 vendió su auto, y en fechas previas había limpiado sus cuentas bancarias, pagó el colegio de sus hijos e hizo un cargo a nombre del Islam en una de sus tarjetas.

Llegó hasta la zona de celebración haciéndose pasar por un vendedor de helados e incluso se tomo una selfie antes de abordar el camión trágico.

Los rostros detrás de los atentados más sangrientos del 2016

Hasta el momento hay 12 personas muertas y 50 han resultado heridas tras ser arrolladas por un camión que irrumpió en el mercado navideño del centro de la ciudad alemana. Angela Merkel, con una enorme presión por las próximas elecciones en su país, lo calificó como un atentado del que hasta ahora nadie ha tomado la autoría.

Cerca de las 20:15 horas del lunes 19 de diciembre, hora local, un vehículo pesado invadió la zona peatonal en la Breitscheidplatz, eje comercial del antiguo sector occidental de la ciudad. Recorrió unos 50 metros y destrozó lo que halló a su paso.

El camión era un articulad Scania negro, con placas de Polonia, y es propiedad de una empresa de reparto de aquel país con base en Gdansk. Hay un detenido del que no se han dado los datos, pero la policía ha dicho que tienen al “hombre equivocado”.

Hasta el momento no se ha relacionado al ataque con ninguna fuerza del EI, pero sus similitudes con el de Niza, hacen pensar lo peor.

Andréi Kárlov fue asesinado el lunes 19 de diciembre en Turquía, era el embajador de Rusia en el país y las cámaras lo grabaron todo. El atacante era un hombre turco que disparó al diplomático mientras inauguraba una exposición fotográfica en un barrio de la capital. El agresor fue muerto en las instalaciones.

Mevlut Mert Altintas, fue identificado como el perpetrador, quien nació en 1994. Se graduó de la Academia de Policía de Esmirna, tenia 22 años y su pueblo era Aydin, al noroeste de Turquía. Servía para la policía de Ankara desde 2014 y estaba fuera de servicio por licencia en la unidad antidisturbios. Estudió en Anatolia, una de las mejores escuelas de su nación y en al Universidad de Izmir.

“¡Dios es grande! ¡Dios es grande! ¡Nosotros morimos en Alepo, vosotros morís aquí! ¡Matáis a gente inocente en Alepo y en Siria!”, gritó el pistolero mientras efectuaba un total de ocho disparos, primero al aire y luego a Kárlov; otras dos personas resultaron heridas, según medios locales.

Salvo el grito “Dios es grande”, que dijo en árabe, su discurso lo hizo en turco y levantó su mano izquierda como señal de su profesión de fe islámica.

De acuerdo con el portal de noticias HaberTurk, Altintas fue despedido de las fuerzas del orden durante la investigación del intento de golpe de Estado en Turquía, que se produjo el pasado 15 de julio; se cree que era integrante de la organización terrorista FETO (Organización de Terror Gulenista).

Este atentado ocurre en la víspera de la reunión entre Rusia, Irán y Turquía para tratar el alto al fuego en Alepo.

Los rostros detrás de los atentados más sangrientos del 2016

Antes de que la guerra en Siria explotara, los sirios se quejaban de altos índices de desempleo, corrupción y falta de libertad política, además de la represión del gobierno de Bashar al Asad, quien sucedió a su padre en 2000. En marzo de 2011, un grupo de adolescentes fueron arrestados y torturados por hacer pintas en un muro escolar en Deraa. El hecho provocó distintas protestas inspiradas en la Primavera Árabe. En una de las protestas, la policía abrió fuego contra los manifestantes y mató a varios, lo que causó aun más protestas. El levantamiento se extendió pidiendo la renuncia del presidente.

A medida que la rebeldía civil se extendía, la represión del gobierno crecía, así los simpatizantes de la oposición comenzaron a armarse y a expulsar a las fuerzas de seguridad de cada localidad. La violencia se fue incrementando hasta llegar a Damasco y Alepo, y adquirió pronto características sectarias enfrentando a la mayoría sunita del país, contra los chiitas alauitas, la rama musulmana a la que pertenece el presidente, además de la facción kurda en el país. Esto arrastró a las potencias regionales e internacionales, lo cual añadió otra dimensión al conflicto.

El número de miembros de la oposición moderada seglar ha sido superado por los grupos islamistas y yihadistas, como el autodenominado Estado Islámico. Los combatientes de EI han creado una "guerra dentro de una guerra" en Siria, enfrentándose tanto a los rebeldes de la oposición moderada como a los yihadistas de Frente al Nusra.

También combaten al ejército kurdo, uno de los grupos que Estados Unidos está apoyando en el norte de Siria.

Desde 2014, Estados Unidos, junto con Reino Unido y Francia, ha conducido incursiones aéreas contra EI en Siria, pero han evitado atacar a las fuerzas del gobierno sirio.

Rusia, por su parte, lanzó una campaña aérea sostenida en 2015 para "estabilizar" al gobierno sirio tras una serie de derrotas infligidas por la oposición.

Las potencias

Irán, que es chiita, es el aliado árabe más cercano de al Asad, Rusia apoya a la supervivencia del gobierno de Asad y Estados Unidos insiste en que el presidente es el responsable de las atrocidades y debe dimitir.

La guerra en Siria, la crisis de refugiados y la creciente potencia del EI son las razones de miles de atentados en cada semana en diversas partes del mundo, algunos de los más sangrientos en 2016 fueron estos, pero no son los únicos.

Atentado de Ankara de febrero de 2016, 29 muertos, 61 heridos

Atentado de Estambul de enero de 2016, 10 muertos, 15 heridos

Atentado de la iglesia de Saint-Étienne-du-Rouvray, un muerto, dos rehenes

Tiroteo de Múnich de 2016, 9 muertos, 27 heridos

Atentados de Bagdad del 3 de julio de 2016, 309 muertos, 246 heridos

Atentado del Aeropuerto Internacional Atatürk, 28 de junio, 45 muertos, 239 heridos

Atentados de Irak de enero de 2016, 132 muertos

Los rostros detrás de los atentados más sangrientos del 2016