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Los juicios de Salem, una barbarie en busca de las brujas de Satanás

Todas las acusaciones se basaban en los testimonios de las niñas afectadas o en detalles físicos como lunares o cicatrices

19/08/2017 |11:09maricela.flores |

A mediados del siglo XVII, en Europa, se vivió una época muy difícil y tenebrosa. Estuvo marcada por persecuciones contra personas humildes, especialmente contra mujeres que eran acusadas de brujería.

Pero con el paso del tiempo, esta situación se expandió hasta llegar a los Estados Unidos, donde sobresale un episodio en particular: el caso de Las Brujas de Salem.

Salem fue un pueblo fundado por una cofradía de pescadores (en la bahía de Massachusetts), en el invierno de 1623. Pero en 1692, ese lugar estuvo marcado por el horror, por hechos terribles que cambiaron su historia.

Todo empezó cuando la hija del pastor Samuel Parris, Betty, y su prima Abigail, de 9 y 11 años de edad, respectivamente, comenzaron a presentar un comportamiento extraño luego de pasar un rato jugando con Tituba, la esclava antillana del reverendo Parris.

Tituba entretenía a las niñas contándoles historias de terror o leyéndoles la fortuna en claras de huevo, aunque estas prácticas no eran aprobadas por la estricta moral de los puritanos.

Los juicios de Salem, una barbarie en busca de las brujas de Satanás

De acuerdo con , empezaron a sufrir ataques, desmayos y comportamientos extraños, de tipo epiléptico e histérico. Se arrastraban por el suelo, arrojaban objetos, se contorsionaban y convulsionaban de una forma impresionante. Ambas señalaban que eran agredidas por una presencia sobrenatural, inhumana e invisible.

De pronto, comenzaron a surgir más casos como el de Betty y Abigail. El más sonado fue el de Ann Putnam, que tenía 12 años de edad y pertenecía a una de las familia más importantes de Salem. Ella tenía los mismos síntomas, pero además aseguró que luchó con una bruja que quería decapitarla.

El médico del pueblo revisó a las niñas, pero no encontró nada que causara su extraño comportamiento, por lo que atribuyó todo a la influencia del demonio. En ese momento fue cuando el caso pasó a las manos del reverendo Parris.

Iniciaron las investigaciones de los acontecimientos, pero los pobladores también recurrieron a un método basado en la magia para dar con las siervas de Satán. Un panadero horneó un pastel con centeno, harina, huevo, comida para perros y orina de las niñas enfermas, que sería servido a un canino para que los llevara con sus amas, ya que los perros eran considerados como los emisarios de las brujas, según cita .

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Todo esto molestó tanto al pastor Parris, que ordenó rezo y ayuno para contrarrestar la brujería, pero los ataques contra niñas y mujeres no paraban. También comenzó a acosar a varias habitantes para que confesaran quién era la bruja, y ellas, con el temor de ser acusadas y acabar colgadas, comenzaron a señalar a Tituba como la responsable de todo.

Betty y Abigail también acusaron a la sirvienta, pero además mencionaron el nombre de otras dos mujeres: el de la pordiosera Sarah Good y la libertina Sarah Osburn. Un tribunal fue en su búsqueda y comenzó el interrogatorio. Las amenazaron diciendo que aquella que no confesara su pacto con Satanás, moriría en la horca.

Tituba no soportó el miedo y confesó (contra su voluntad) que había visto al diablo en persona y que tenía pactos con él. Las otras dos mujeres negaron cualquier relación con este tipo de hechos, pero aún así, todas fueron encarceladas.

Los juicios de Salem, una barbarie en busca de las brujas de Satanás

señala que las autoridades y los médicos también interrogaron a otras niñas que presentaban comportamientos extraños, las cuales, comenzaron a señalar a otras mujeres como las causantes de sus males. Esto cobró tales dimensiones, que se tuvo que crear un Tribunal en Boston especial para el caso de las brujas.

Fue aquí que comenzó la cacería de brujas basada en los testimonios de las niñas y en la búsqueda de detalles físicos para dar con las culpables, como lunares, cicatrices o vello. El 27 de mayo, el gobernador de Massachussetts, Sir William Phits, estableció una corte especial para los casos de brujería y sentenció a la primera bruja a morir colgada el 10 de junio, se trataba de Bridgette Bishop, una mujer de 50 años de edad, que anteriormente había sido acusada de brujería, pero en ese entonces fue declarada inocente.

Uno de los primeros hombres acusados fue el antiguo reverendo George Burroughs, quien había sido pastor de la aldea. Ann Putnam señaló que se le apareció en sueños para decirle que era el líder de los adoradores de Satanás, que había matado a sus dos primeras esposas y que embrujó a los soldados que combatían con los indios en las fronteras de Maine. Borroughs fue ahorcado el 19 de agosto de 1692, pero antes de perder la vida recitó el Padre Nuestro, algo que se supone que no podían hacer los brujos y brujas.

señala que esa muerte fue el precedente de las ejecuciones de septiembre, las más sangrientas de todos Los Juicios de Salem. Se calcula que entre 150 y 200 mujeres y hombres fueron acusados durante los meses en que ocurrieron estos terribles sucesos. Los juicios culminaron en mayo de 1693.

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