Sin lugar a dudas, Lolita es una de las jóvenes más provocadoras de la literatura del siglo XX y la creación de este personaje la debemos a Vladimir Nabokov, quien nació el 23 de abril de 1899 en San Petersburgo, Rusia, en una familia aristocrática.
Su primera novela apareció en 1926, Mashenka; a ella le siguieron Rey, Dama, Criado (1928), La Defensa De Luzín (1930) y Habitación Oscura (1933), obras que lo convirtieron en uno de los principales narradores de su época. En 1925 Nabokov se casó con Véra Evsevna Slonim, de la que jamás se separó y con la que tuvo un hijo: Dimitri.
Pero el 15 de septiembre de 1955, Lolita apareció en París luego de ser rechazada por varias editoriales estadounidenses. El sello de literatura erótica The Olympia Press apostó por el libro y lo publicó en dos tomos, con lo que escandalizó a la sociedad. Básicamente resucitó del fuego, ya que Nabokov intentó quemar el borrador de la novela, pero su esposa lo rescató de las llamas.
La historia nos narra la obsesión de Humbert Humbert, un profesor de mediana edad, que cae rendido ante los pies de una niña de 12 años. Una historia de perversión, crueldad, locura, dolor, amor, belleza y muerte. Una obra que, a pesar de su temática, se hizo universal.
Cuando se publicó en Estados Unidos, tres años después que en París, la obra ya había vendido 300 mil ejemplares. Pero su popularidad se hizo más grande cuando Stanley Kubrick la llevó al cine en 1962, causando una gran polémica.
Nabokov Vs Kubrick
En 1959, Nabokov recibió un mensaje de Stanley Kubrick, en el que le pedía una cita. ¿La razón? Quería llevar a Lolita al cine y que fuera el propio novelista quien escribiera el guión de la película.
En Estados Unidos, la Motion Picture Association of America debía aprobar el contenido de cada película, por lo que la obra de Nabokov era candidata a la censura, pero este hecho entusiasmó a Kubrick.
Cuando se reunieron, el cineasta propuso modificar un poco la historia para que Humbert y Lolita terminaran casados, pero la idea no le pareció al novelista, por lo que rechazó la propuesta. Pero Kubrick no se quedó de brazos cruzados e insistió; aumentó la oferta económica y le aseguró que trabajarían juntos en la historia.
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El ruso, que ya se había imaginado cómo se vería su obra en la pantalla grande, finalmente aceptó y viajó a Hollywood, donde trabajó seis meses en el guión.
Pero las cosas entre el cineasta y el escritor no iban bien. Después de que Nabokov escribió un guión de casi 400 páginas (para unas 7 horas de filmación), Kubrick decidió hacerle unas “adaptaciones” sin informárselo al autor de Lolita.
En junio de 1962, Vladimir Nabokov llegó a Nueva York para el estreno de la cinta, que se realizó en el Loew’s State Theatre, ubicado en Times Square.
Durante todo el rodaje había estado en Europa, por lo que desconocía qué era lo que se iba a encontrar en pantalla. De entrada, quedó sorprendido al ver el cartel de la cinta, en la que se ve a Sue Lyon lamiendo una paleta de manera provocativa.
Ya en la sala, el autor ruso vio lo que habían hecho con su obra maestra: modificaciones, alteraciones de ideas, así como escenas añadidas y suprimidas. Nabokov aparentó estar tranquilo con todo este asunto, tal vez por los 35 mil dólares que recibió por el crédito único de guionista; aunque él esperaba poder publicar su propia versión del guión algún día.
Lo irónico de esto, es que la única nominación al Oscar de esta cinta, fue en la categoría de Mejor Guión Adaptado. De hecho, hay quienes ven a Lolita como dos productos separados: la de la literatura y la del cine.
¿Cuál obra te parece más atractiva: el libro o la cinta?
Con información de El País, Vice y Voz Populi