Hay directores que se especializan en provocarnos un efecto de shock. Entre ellos, sin duda Darren Aronofsky es el rey de las escenas brutales, que a menudo provocan que más de uno se salga de la sala.
Aronofsky nació en Nueva york en 1969. A pesar de que siempre se sintió atraído por el mundo del cine, acabó estudiando Matemáticas en Harvard y fue sólo después de graduarse que se formó como cineasta. Con su primer largometraje, Pi: El orden del caos (1998), ganó como Mejor Director en Sundance.
A lo largo de su carrera, se ha distinguido por mostrar escenas crudas en pantalla. De hecho, era Darren Aronofsky el encargado de revivir la franquicia de Batman, pero a los estudios les pareció que su guión era demasiado violento y al final el proyecto acabó en manos de Christopher Nolan.
En su vida personal, sin embargo, el director tiene una personalidad completamente distinta. En 2005, se comprometió con la actriz Rachel Weisz, a quien dirigió en The fountain. Juntos tuvieron un hijo, pero poco después se separaron. Sobre su ahora exesposo, la actriz dijo que es una persona “muy alegre en la vida real”.
Para celebrar el cumpleaños de este polémico director, te presentamos aquellas escenas de las cintas de Darren Aronofsky que te hicieron cerrar los ojos:
Una de las escenas no aptas para los débiles en esta cinta es el asesinato del bebé de Verónica, interpretada por Jennifer Lawrence. Darren Aronofsky no sólo nos hace sentir la desesperación de la joven mientras intenta alcanzar a su recién nacido, además nos muestra una brutal golpiza segundos después.
Luego de arder en vida, el personaje de Verónica aún no termina su tormento. El personaje de Javier Bardem la carga en sus brazos y acto seguido, le arranca el corazón.
Marion decide participar en una fiesta sexual para obtener heroína. En este evento, donde vemos a varios hombres usar a las mujeres como objetos para su diversión, Marion se rebaja hasta un nivel insalvable. Como era de esperarse, este momento es bastante gráfico.
Durante el clímax de la película, vemos a Harry despertar luego de que le amputen el brazo. Esta última desgracia solo es la cereza del pastel en la vida miserable del personaje.
Ni uno sólo de los personajes de esta película tiene un final feliz. Sara no es la excepción y termina en un psiquiátrico donde la vemos recibir terapia de electroshock. Sin embargo, lo más triste de la historia de Sara es que en los momentos finales nos damos cuenta que sigue metida en una fantasía, al menos en su mente.
Si bien Black Swan esta llena de momentos perturbadores, ver a Nina (Natalie Portman) transformarse literalmente en un cisne es suficiente para darte pesadillas. Si ver a la bailarina arrancarse plumas de la espalda no te bastó, cuando sus piernas se rompen simplemente tienes que cerrar los ojos.
A lo largo de la trama vemos crecer la rivalidad entre Nina y Lily, interpretada por Mila Kunis. Cuando ambas bailarinas por fin le dan rienda suelta a su odio en el camerino, los resultados son mortales. Además tenemos que hablar del estiramiento del cuello de Natalie Portman porque es un momento que quedará grabado en nuestra mente por siempre.
En esta cinta básicamente vimos a Randy (Mickey Rourke) lastimarse más allá de lo que creíamos posible. Pero su lesión más dolorosa ocurre fuera del cuadrilátero. Harto de su vida fuera de la lucha profesional, Randy mete la mano en un rebanador de carnes.
Max es un brillante matemático que está cerca de hacer un descubrimiento revolucionario. Pero mientras más se acerca a su objetivo, comienza a verse perseguido por sus enemigos y experimenta brutales migrañas. ¿Su solución? Taladrarse la cabeza.
Si bien la cinta bíblica de Darren Aronofsky no es tan cruda como el resto de sus obras, la escena en la que Noé está a punto de matar a sus nietos, casi nos da un infarto. Por si no fuera lo suficientemente desolador contemplar el asesinato de un bebé, ver a Ema Watson rogar por la vida de sus hijos es bastante fuerte.
Con información de What Culture, Indie Wire
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