Diana de Gales fue una mujer fuerte, activista, ícono de moda y una de las más influyentes del siglo XX, pero su vida distaba mucho de las apariencias que guardaba delante de las cámaras. En realidad tuvo una vida bastante difícil.
Diana Frances Spencer nació el 1 de julio de 1961 en Park House, Inglaterra. Su infancia quedó marcada por el divorcio de sus padres y su sueño frustrado de convertirse en bailarina. A los 19 años se le puso bajo el escrutinio público, debido a su relación sentimental con el príncipe Carlos de Inglaterra.
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Frances Shand Kydd y Edward John Spencer, octavo Conde Spencer, se divorciaron cuando Diana tenía 7 años. Su relación fue muy complicada; ella argumentó el abuso físico como parte de las razones de la separación, pero se sabe que Frances abandonó su hogar para irse con otro hombre.
Diana estudió ballet y quería convertirse en bailarina profesional. Su maestra, Anne Allan, indicó que la princesa amaba la sensación de libertad que le otorgaba el baile y le ayudaba a aliviar su vida emocional, pero era demasiado alta, lo que terminó por truncar su sueño.
Diana, en 1970. (Foto: AP)
A inicios de 1997, Diana de Gales rompió toda relación con su madre. Las últimas palabras que Frances le dijo a su hija fueron: “Eres una ‘pu...’. Eso es lo que eres. He criado a una maldita que se acuesta por toda la ciudad con hombres musulmanes. Deberías de estar avergonzada de ti misma”. Esto, luego de que Diana saliera con dos hombres de origen musulmán.
Se comprometieron en 1981, pero antes de eso, apenas se habían visto unas 12 veces. De hecho, antes de salir con Diana, Carlos salió con la hermana mayor de ella, Sarah. Lady Di indicó que el príncipe la sedujo con su labia y que era como “un mal arrevato”.
Diana y Carlos. (Foto: AP)
En 1985, Barry Mannakee se convirtió en guardaespaldas de Diana. Cuando surgió “una relación inusualmente estrecha” entre ambos, lo relevaron de ese servicio. Al parecer, estaban enamorados, pero Mannakee murió en un accidente de moto en 1987 y hay algunas teorías que señalan que su muerte no fue un accidente.
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Cuando Lady Di se divorció del príncipe Carlos en 1996, le fue retirado el título de Alteza Real, pero no fue la reina Isabel II quien insistió en quitárselo, sino el propio Carlos.
Lady Di y Nelson Mandela. (Foto: AP)
Antes de su boda con Carlos, Diana descubrió que su futuro marido tenía un romance con Camila Parker; aun así decidió continuar con la boda y en 1995 reconoció abiertamente en la BBC: “No sólo me casé con Carlos, también me casé con su amante, que estaba al corriente del más mínimo detalle”.
La princesa Diana tenía serios problemas de depresión. Intentó suicidarse en al menos 5 ocasiones. En una de ellas se arrojó de las escaleras cuando estaba embarazada de William y, en otras tantas, cortó su cuerpo con navajas.
Diana de Gales. (Foto: AP)
Fue en 1992 cuando salieron a la luz los problemas de bulimia de Diana. En una entrevista contó que Carlos le puso la mano en la cintura e insinuó que estaba un poco gordita, situación que desató su trastorno alimenticio, pues no podía lidiar con tantas presiones. “Tuve bulimia por algunos años y esa es como una enfermedad secreta. Es un patrón repetitivo que es muy destructivo. Era un mecanismo de escape”, indicó.
Diana murió el 31 de agosto de 1997 en un trágico accidente automovilístico al lado de Dodi Al-Fayed, cuando huían de un paparazzi. El conductor del Mercedes Benz S280 perdió el control y el coche quedó destruido en un paso a desnivel.
Diana y Dodi Al-Fayed. (Foto: AP)
Con información de Harper’s Bazaar, Quién y El Español.
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