Rodolfo Guzmán Huerta es el luchador mexicano por excelencia. La figura que construyó durante más de 40 años le ganó el título de héroe nacional. Con su técnica y tenacidad, su rostro cubierto con una máscara en color plata, engalanaba las noches de lucha en la televisión mientras que sus peleas lo hacían famoso en la pantalla grande, además, estaba en las portadas de las incipientes historietas nacionales. Se hacía nombrar El Santo y no sabía en aquellos tempranos años del pancracio que estaba a punto de convertirse en una leyenda viviente.
Guzmán Huerta nació el 23 de septiembre de 1917 en Tulancingo, Hidalgo, pero con sólo tres años de edad vino con su familia a vivir a la Ciudad de México, donde se asentó en el Barrio Bravo de la capital, en Tepito, una colonia conocida por sus arenas de lucha en las que se preparaban todos aquellos que querían ser pugilistas.
Debido a que siempre gustó de estar en buena forma y hacía deporte, Rodolfo decidió incursionar en la lucha e inició a practicar en la arena Peralvillo y en el Deportivo Islas de la Colonia Guerrero; durante los años venideros usó seudónimos como Rudy Guzmán, El Hombre Rojo y El Demonio Negro, era del bando de lo Rudos, pero con la experiencia pasó al de los Técnicos.
Cuando comenzaba a luchar, su manager, Jesús Lomelí, le dio a Guzmán una máscara y lo llamó Murciélago II, nombre que tuvo que dejar poco después.
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Fue en 1942 cuando, ya bajo el nombre de El Santo, luchó por primera vez en la Arena México, los locutores de lucha libre le llamaron “El enmascarado de Plata” y en ese mismo año se midió en el ring con grande figuras como Ciclón Veloz, Tarzán López y Huracán Ramírez.
Una década después, en 1952, la fama lo llevó a las manos de José Guadalupe Cruz, quien le propuso inmortalizarlo en las historietas, lo que le llevó a ser el primer héroe nacional al lado de personajes como Kalimán.
Por el años 1958, el luchado y actor Fernando Osés, le sugirió la idea de que comenzara a rodar su primera película, debido al éxito que estaba teniendo como El Santo, así surgió “Santo contra el cerebro del mal” y “Santo contra los hombres infernales”. En total, hizo más de 52 cintas y participó al lado de otros deportistas como Blue Demon y Mil Máscaras.
Llegó la década de los 70 y El Santo tuvo que buscar nuevos horizontes pues las cintas en México ahora se referían a las ficheras, donde ya no encajaba el héroe.
Tras grabar algunas películas en España, El Santo seguía luchando, pero ya con un status de leyenda viviente;comenzó a aparecer en algunos programas de televisión, pero el tiempo comenzó a ponerse en su contra, con ya casi 60 años de edad realizó la que sería su última cinta “La furia de los Karatekas” en 1982.
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Nunca perdió la máscara en combate, pero en 1984 se la quitó en el programa de televisión Contrapunto.
El 5 de febrero de ese mismo año la leyenda se apagó, con un ataque a corazón terminó la vida de “El Enmascarado de Plata”. Ante más de de 10 mil personas, el luchador fue enterrado con su máscara y con un pueblo rendido a sus pies.
Este es un recorrido por algunas imágenes que ilustran su vida...
Con información de cinemexicano.mty.itesm.mx y imdb.com