Enrique Álvarez fue el único hijo de la gran diva del cine mexicano, María Félix. Un hombre que siguió los pasos de su madre en el medio del espectáculo, pero que tuvo que enfrentar difíciles pruebas.
Enrique nació del matrimonio entre “La Doña” y Enrique Álvarez Alatorre, quien era un agente vendedor viajero, ingeniero y fabricante de zapatos. Las cosas no marcharon bien y ambos tomaron la decisión de divorciarse. “Quique”, como lo llamaban sus padres, se quedó al cuidado de María, pero en una visita que hizo el Sr. Álvarez a su hijo, lo raptó y se lo llevó a Guadalajara.
Cuando María Félix se casó con Agustín Lara y con el éxito que cosechaba en el cine, se decidió a recuperar a su hijo, pues ya tenía los medios para hacerlo. Con la ayuda de su actual marido, se fue a Guadalajara, raptó a su hijo y regresó con él a México.
Al convivir día a día con su hijo, María se dio cuenta que los mimos de su abuela paterna lo hicieron caprichoso e indisciplinado, así que decidió educarlo de una manera distinta, sin importar que tuviera que separarse de él nuevamente.
La actriz decidió enviar a Enrique a diferentes colegios e internados en el extranjero, principalmente en Estados Unidos, Canadá y Francia. En unas vacaciones, Enrique regresó a casa y le dijo a su madre que quería ser actor de cine, y aunque ella trató de disuadirlo, él ya tenía la decisión tomada, así que lo único que María le pidió fue que estudiara otra carrera.
Enrique Álvarez Félix estudió Ciencias Políticas en la Universidad Nacional Autónoma de México y, con el título en mano, reiteró su deseo de hacer carrera en el cine. María le habló de los inconvenientes a los que se enfrentaría en esa carrera, así como de las responsabilidades que exige el espectáculo, así que a partir de entonces se dedicó a apoyarlo y aconsejarlo para destacar en esta profesión.
Su primer trabajo fue en la cinta Simón en el desierto (1964), al lado de Silvia Pinal; alcanzó el éxito en 1966 al protagonizar Los Caifanes. Enrique demostró ser un actor brillante, y además del cine, participó en telenovelas como Marisol, Luz y Sombra y La sonrisa del diablo.
Sin embargo, la vida de Enrique Álvarez Félix siempre estuvo envuelta en la controversia, no por ser el hijo de María Félix, sino por su homosexualidad. A pesar de que era el gran amor de su madre, al parecer ni ella ni su padre aceptaban el hecho de que su único hijo fuera gay, y en diversas ocasiones mostraban un cruel rechazo hacia él.
Enrique Álvarez en la telenovela Rina. (Foto: Fototeca El Universal)
De hecho, a pesar de su encanto, Enrique se enfrentó a Televisa cuando la empresa comenzó a despedir a algunas personas de manera sorpresiva, extraoficialmente se dijo que los habían corrido por ser homosexuales. Enrique quedó fuera de la empresa. Tiempo después produjo y protagonizó una obra de teatro que giraba en torno a la homosexualidad en los campos de concentración nazi.
Enrique Álvarez Félix murió el 24 de mayo de 1996, a los 66 años de edad, debido a un ataque al corazón. Sus restos descansan junto a los de su madre en el Panteón Francés de la Ciudad de México.
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Con información de marthadebayle.com
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