El nombre de Juana Cata siempre se asocia a  por la supuesta relación sentimental que sostuvieron. Para algunos fue una simple vendedora de cigarros, para otros una bruja y, para unos más, una empresaria. Lo cierto es que se convirtió en la mujer más respetada por el dictador mexicano.

La historia de Juana Catalina Romero está llena de mitos difíciles de comprobar, pero más de un especialista afirma que la historia se equivocó con ella al reducir su vida como la “amante” de Porfirio Díaz.

¿Quién fue Juana Cata?

Fue una mujer zapoteca de origen humilde que nació el 27 de noviembre de 1837. Además de superar las adversidades económicas y sociales de su época, logró convertirse en la máxima autoridad política de Tehuantepec, en Oaxaca.

Juana Cata jamás pasó desapercibida, era una mujer que se hizo respetar por su carácter fuerte y su dominio de las armas de fuego.

A los 21 años, para sobrevivir, vendía cigarros a las tropas, además era curandera y tenía conocimientos sobre hierbas y brebajes, por lo que se le llegó a acusar de ser una bruja.

El Obispo José Mora la enseñó a leer, escribir y hacer cuentas, y poco a poco se transformó en una dama culta y refinada. Juana Catalina, fue quien estilizó el traje regional de la tehuana, para el que usó muselinas y encajes para el “resplandor” y seda con los hermosos bordados que aún se usan en huipiles y faldas.

Fue la primera empresaria que tuvo una hacienda y exportadora azucarera. Con sus propios medios fundó la primera escuela pública del Istmo en Oaxaca.

La relación con Díaz le ayudó a Juana Catalina a contribuir aún más en el desarrollo de su pueblo.

 
 
 
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Juana Cata… ¿amante de Porfirio Díaz?

La leyenda sobre el romance de Juana Cata y Porfirio Díaz surgió durante la Revolución Mexicana. Una de las teorías es que los adversarios políticos comenzaron a decir que Juana era amante del dictador para desprestigiarla, porque se había convertido en una mujer muy poderosa dentro del Istmo de Tehuantepec y eso no les convenía.

Y es que, a pesar de su origen humilde, Juana Cata era una mujer muy bien conectada en la región y respetada entre la comunidad indígena por sus dones como comerciante y curandera. Cuando la Guerra de Reforma alcanzó a Tehuantepec y conoció a Porfirio Díaz, él la convirtió en su informante y así se hicieron amigos cercanos. Incluso se señala que hubo un episodio en el que ella le salvó la vida y por ello, el dictador mexicano la apoyó en todo lo que pudo.

Cuando el dictador mexicano llegó al poder, siguió apoyando económicamente a Tehuantepec y a Juana Catalina. Para 1876, ella ya era la comerciante más importante del Istmo y tenía negocios en Veracruz y la Ciudad de México.

Aunque nunca se descubrieron cartas de amor entre ambos, ella fue señalada como la amante de Díaz, lo que quizá se trató de un rumor político para acabar con el poder de la mujer más cercana y respetada por el dictador.

Juana Cata, la presunta “amante” de Porfirio Díaz
Juana Cata, la presunta “amante” de Porfirio Díaz

(Foto: Fototeca El Universal)

Incluso se llegó a decir que el ferrocarril de Salina Cruz a Coatzacoalcos, uno de los proyectos más emblemáticos durante el gobierno de Porfirio Díaz, había sido construido por amor y para que pasara frente a la casa de la mujer a la que amaba.

Esta versión tomó fuerza cuando Díaz le reconoció públicamente a doña Juana Cata sus aportaciones de guerra durante la intervención francesa, lo hizo frente a ocho ministros de Estado entre los que destacan Inglaterra, Japón y Alemania.

Juana nunca se casó y dedicó su vida al trabajo social, por lo que no era una mujer que iba buscando una pareja. Murió a los 77 años de edad, el 19 de octubre de 1915.

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