Era el 18 de agosto de 1969 y el legendario guitarrista <strong>Jimi Hendrix </strong>estaba a punto de subir al escenario para reforzar la imagen de ídolo que lo seguiría aun después de su muerte. El músico puso el primer pie en el suelo y se embarcó en un concierto ininterrumpido de cerca de dos horas, una de las presentaciones más largas durante su carrera, y después de interpretar un largo repertorio cerró con un solo de Star Spangled Banner, el himno de los Estados Unidos. La presentación se convirtió en el emblema no sólo de Woodstock sino de los 60 en sí.
La aparición de Hendrix en aquella húmeda mañana a las ocho y media, coronó el lado artístico del festival y, además, hizo historia en la música. Durante dos horas y frente a más de 300 mil personas, el mestizo de piel oscura cantó y tocó como si en ello se le fuera la vida. Hendrix ofreció una versión del himno que para los estadounidenses es sagrado, de manera hasta entonces nunca interpretada y absolutamente inaudita.
Según el especialista en música Uwe Schultz la presentación de Hendrix fue especial por razones como que "manipulaba la amplificación con rasgueos y chillidos que significaban guerra, la guerra del Vietnam. Jimi arrancó de su guitarra bombardeos silbantes, estallidos de la tierra y atormentados gritos de dolor” así lo plasmó en el libro La Fiesta. Una historia cultural desde la Antigüedad hasta nuestros días.
La experiencia de ver a Hendrix en Woodstock fue única por motivos inesperados, uno de ellos es que la cohesión que logró el cantante con su banda parece natural; sin embargo, The Jimi Hendrix Experience, la agrupación con la que se presentó en el también memorable Festival de Monterey había roto con el cantante y durante Woodstock se presentó con una alienación temporal que en realidad nunca había estado frente a multitudes lo que podría representar un verdadero desastre, Jimi los había escuchado en cintas y le parecía que simplemente eran malos juntos.
Foto: AP Photo
La presentación de Woodstock también se convierte en especial debido a que es la única que Hendrix hizo por la mañana; para 1969 el músico ya era una estrella, el encargado de cerrar los conciertos; los organizadores le habían dado la oportunidad de presentarse en la noche, pero el guitarrista quería cerrar. Resultó que hacerlo en la mañana permitió que el performance fuera uno de los más conocidos.
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Woodstock fue la transición para Hendrix, durante ese momento en su carrera él estaba experimentado con nuevos ritmos, lo que era un riesgo comercial, por lo que en la presentación decidió incluir sencillos coescritos con Curtis Mayfield, con quien había actuado en 1960, de hecho fue el único concierto en que Hendrix incluyó estas canciones.
El Himno de Estados Unidos en realidad no iba “solo”, estuvo en el medley de Purple Haze y Voodoo Child, además no fue la primera vez que lo tocó, hay, fácilmente, 50 presentaciones anteriores en las que también lo tocó, aunque claro ninguna versión es tan icónica como esta.
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Para muchos especialistas en música, la presentación de Hendrix en Woodstock no fue la mejor de su carrera, de hecho presentó muchas fallas técnicas y de organización, pero hay que admitir que fue la más honesta, reveladora y brutal de su carrera, con ella demolió la imagen que había creado por décadas y construyó una nueva que lo inmortalizó y lo hizo uno de las leyendas del siglo XX en la música. Sólo un año después, Hendrix falleció sin concluir su cuarto álbum de estudio Fisrt Rays of the New Rising Sun.
Con información de trome.pe y wpi.edu
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