Más allá de pertenecer al desafortunado Club de los 27, Janis Joplin es todo un referente en la música y un ícono femenino. Nació el 19 de enero de 1943, en Texas, Estados Unidos. Siempre fue una chica rebelde que jamás pudo sentirse cómoda siendo parte de una comunidad conservadora, simplemente no encajaba, no era como la mayoría.
Ante esto, decidió irse a vivir a San Francisco, donde comenzó su adicción a las anfetaminas, los psicodélicos y las drogas intravenosas. A su regreso a casa, estaba resignada a encajar en una sociedad que la había rechazado. Comenzó a estudiar Antropología e inició una relación por correspondencia con Peter DeBlanc, un hombre al que conoció durante su estancia en San Francisco, y que trabajaba para IBM.
Peter se presentó en casa de Janis para pedir su mano, ella aceptó y la boda comenzó a planearse. ¡Janis sería una ama de casa! Sin embargo, DeBlanc le fue infiel en varias ocasiones y ella, decepcionada, canceló sus planes de matrimonio.
En ese momento, el promotor Chet Helms le propuso a Janis convertirse en la voz de Big Brother & The Holding Company, un ofrecimiento que la sacó de su cuidad natal para siempre. En un inicio sus compañeros no la aceptaron del todo, pero al ver su talento, poco a poco le permitieron crecer. Aunque no estaba en la gran banda de los 60, con ellos inició el movimiento de la música psicodélica.
Janis Joplin y los Big Brother & The Holding Company. (Foto; AP)
Su segundo fracaso amoroso vendría al interior de los Big Brother, pues terminó enamorándose del guitarrista Sam Andrew. Él se consideraba un hombre hippie y muy libre, por lo que salía y tenía sexo con otras chicas, lo cual no agradaba a Janis. Ella deseaba un compañero en su vida, no un amante de ocasión.
Al subir a un escenario, la “bruja cósmica” se convertía en una verdadera reina que hechizaba a todos con la potencia de su voz, decía que podía hacerle el amor a más de 25 mil personas al mismo tiempo, pero al acabar el espectáculo y regresar a su camerino, otra vez se hallaba sola.
Nuevas bandas se cruzaron en su camino, y a pesar de los éxitos, ella se sumió en un espiral de alcoholismo, drogas y fracasos sentimentales. Tras las dificultades para encontrar a un compañero, la cantante se encaminó a un estilo de vida sin control.
Hay quienes dicen que Janis Joplin era bisexual, aunque ella nunca confirmó nada, simplemente se definía como una persona “sexual”. Aún así, por su cama pasaron incontables amantes, hombres y mujeres dicen, los que saben, que las chicas eran sus favoritas.
Una de sus más queridas amantes fue Jae Whitaker, una chica de raza negra que amaba el blues, como Janis. Aunque fueron pareja durante un año, ambas podían salir y acostarse con otros chicos. Pero cuando se fueron a vivir juntas, las cosas empezaron a decaer, al parecer la apertura sexual que tenían terminó por convertirse en un problema.
También es más que conocido su romance fugaz con el escritor Leonard Cohen, a quien conoció en el elevador del Chelsea Hotel, y con quien, así sin más, pasó una apasionada noche.
Después, la pareja más estable de Janis Joplin fue Peggy Caserta, relación que causó su ruptura con el empresario David Niehaus. Peggy fue la última novia de Janis. Era dueña de una boutique en Haight-Ashbury, en San Francisco. Le regaló unos jeans a la cantante y desde ese momento hasta la muerte, sostuvieron una relación amorosa.
Janis Joplin solamente quería una cosa: encontrar alguien con quien compartir su vida de manera significativa. Sus canciones hablaban de eso, del amor, decepciones amorosas y melancolía. Su experiencia de vida le permitía imprimirles ese sentimiento auténtico que las volvía únicas.
La “bruja cósmica” murió sola en el Landmark Motor Hotel, en Los Ángeles, por una sobredosis de heroína, el 4 de octubre de 1970.
Janis Joplin, salvaje y transgresora en el escenario. (Foto: AP)
Con información de Rolling Stone, Life and Style
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